Esto es posible porque todavía en Sanfermin se venden ajos en los puestos que se instalan allí y porque la plaza no tuvo denominación oficial hasta 1974, cuando la compró el Ayuntamiento. El nombre oficial, el de Recoletas, se debe a que preside la plaza el convento de las Agustinas Recoletas, pero ha sido conocida como la del carbón y la de los ajos debido a los comerciantes que albergaba.
La venta de ajos en Sanfermin es una tradición venida a menos ya que por ejemplo en los años cincuenta y sesenta del siglo XX se instalaban hasta 26 casetas. La elevada demanda obligaba a hacer una subasta para optar a los mejores puestos y en 1967 se llegaron a pagar 42.000 pesetas por el mejor de ellos.
Los mozos solían comprar ristras enteras de ajos que luego llevaban al cuello durante la fiesta. Además, era costumbre retornar a los pueblos de origen con ajos de regalo que luego permanecían colgadas en las cocinas hasta que se consumían.
La materia prima ahora viene de donde la traiga el mayorista pero han sido muy conocidos los ajos de Corella y de Falces. Grandes familias han participado de esta costumbre como los Izquierdo y los Martínez. Pedro Martínez, de Tudela, sigue acudiendo con sus ristras a Sanfermin.