La corrida
Los festejos taurinos han estado siempre ligados a las fiestas. Se remontan al siglo XIV, aunque es a partir de 1767 cuando se celebran con regularidad y como colofón del encierro.
“No hay billetes”
Este cartel se cuelga todas las tardes sin excepción desde el 13 de julio de 1967. Es casi imposible comprar entradas para los toros en Pamplona. El 90% del aforo está reservado para los abonados, que renuevan todos los años sus pases. Las entradas disponibles para la corrida del día son para andanada y sólo salen a la venta la tarde anterior, después de cada festejo, y también el mismo día por la mañana. También, y aunque es ilegal, la reventa funciona: las entradas entonces cuestan el doble que en taquilla.
Los tendidos de sol...
En Sol (tendidos 5 y 6) campa a sus anchas la más absoluta anarquía. Pueblan esa zona peñas y visitantes ocasionales. Aquí a la lidia se le presta una atención relativa que puede pasar del total desprecio a la más desaforada pleitesía. Si acude al sol lleve gorro, toalla e impermeable.
... Y los de sombra
En Sombra (tendidos 1, 2 y 3) la lidia es el alma de la tarde. El público permanece en silencio, atento, y es entendido (o lo parece). Se ven bocadillos, pero también copas de champán y marisco. Contrasta radicalmente con el ambiente anárquico de Sol.