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    La otra cara de la moneda

    Un año desde el ajuste más duro de Rajoy, ¿y ahora qué?

    Ha pasado un año desde que vieran la luz las medidas de ajuste más duras de entre todas las aplicadas por el Gobierno: subida del IVA, recortes adicionales en el gasto, la eliminación de deducciones fiscales, la supresión de la paga de Navidad a los funcionarios, el recorte del subsidio de desempleo a partir del sexto mes, la eliminación de la deducción por vivienda para los nuevos compradores a partir de 2013 y una revisión del baremo y las prestaciones económicas del sistema de dependencia.

    El Ejecutivo cree que esta amarga medicina contribuyó de forma decisiva a evitar el rescate europeo que sobrevolaba por esas fechas en torno a España. En ese momento la prima de riesgo se disparaba y, pocos días después del anuncio del ajuste, alcanzaba su récord rozando los 650 puntos básicos. En los últimos meses, la prima de riesgo se ha estabilizado en torno a los 300 puntos tras una prolongada senda de descensos.

    En estos doce meses, el sacrificio de la sociedad ha sido intenso, la economía se ha desplomado hasta caer a tasas del 2% interanual, el paro se ha desbocado todavía más, pese a la tregua de los últimos meses, y las situaciones de verdadera necesidad cunden por doquier.

    Cumplido ese año, el Gobierno ha orquestado una campaña de imagen que trata de convencernos de que lo peor ha pasado ya y de que estamos a las puertas de la recuperación. Los datos que tenemos sobre la mesa son contradictorios y es difícil discernir cuánto hay de marketing en las afirmaciones del Gobierno y cuánto de verdad.
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    Lo cierto es que hay varios indicadores que muestran un punto de inflexión positivo: las exportaciones, la balanza de pagos, las entradas netas de capital, algunas tímidas inversiones del sector del automóvil, la recaudación tributaria, la menor dependencia de los bancos respecto al dinero del BCE, la gran temporada turística que se avecina y el menos malo dato de desempleo de los últimos meses.

    En paralelo, las empresas siguen anunciado EREs, las sociedades en concurso de acreedores y en liquidación baten récord, el consumo no despega y la prima de riesgo no acaba de bajar de los 300 puntos. Además, el clima político está enrarecido al máximo ante los sucesivos escándalos de corrupciones y las filtraciones sobre pagos irregulares en el PP que afectan al propio Marion Rajoy. La desconfianza hacia los políticos es máxima y la desazón de gran parte de la sociedad, también.

    Los datos no acaban de transmitir optimismo y existen importantes riesgos en el horizonte una vez que se diluya la campaña turística de verano. La situación de los bancos vuelve a generar dudas. No se sabe si han completado su saneamiento porque tienen que limpiar sus refinanciaciones y además algunos de sus activos siguen generando dudas. El BCE tiene que examinar su estado como condición para iniciar la unión bancaria.

    El resultado es que el crédito no acaba de llegar a las empresas y familias, que el temor sigue en el cuerpo de los que tienen capacidad de gastar y que algunos expertos prevén que tras el paréntesis estival y el impulso coyuntural del turismo, las cosas seguirán complicadas.

    El primero en pinchar el globo del Gobierno ha sido el FMI. En la última revisión sobre las previsiones económicas globales España es la economía avanzada que sale peor parada con un retroceso de siete décimas de punto respecto a la previsión de abril de salir de la recesión actual, que va para los dos años, a un ritmo del 0,7% se pasa a una estimación de estancamiento en el pozo con un crecimiento nulo el año próximo. Para este año, prevé una contracción del 1,6 %.

    La reciente rebaja del rating de Italia y la posterior sufrida por una de las primeras empresas españolas, Endesa –que se ha justificado por la debilidad del contexto económico del país- han vuelto a encender la inquietud.

    IDNet Noticias

    @Jorcha