Sorprender a la gente con un ‘efecto dominó’ puede considerarse a día de hoy un milagro, ya que reacciones en cadena se han visto en publicidad de todos los tipos en los últimos años. Bueno, de casi todos, ya que hasta ahora nadie había realizado una coreografía a gran escala teniendo como protagonistas a un grupo de perros adiestrados…
[Te puede interesar: El perro, el mejor amigo del publicista]
Los ‘valientes’ que se han lanzado a por el reto son los responsables de Purina, que han contratado a la agencia Deep Focus para crear un vídeo que sirva como elemento de promoción de su producto Beneful. Tras largas horas de rodaje consiguieron su objetivo e inmortalizaron una secuencia realmente espectacular.
El vídeo arranca mostrando a un perro que muerde una pelota con la boca, lo cual activa un complicado mecanismo que combina la acción de máquinas y animales. Jugando con distintos elementos de la marca y con la meritoria participación de los cachorros, el ‘efecto dominó’ va cobrando vida hasta llegar a la sorpresa final, en la que cientos de piezas son derribadas y forman el eslogan de la campaña.
El indudable mérito de la pieza ha sido pronto recompensado por los usuarios, ya que está circulando por la red a gran velocidad y acaparando un gran número de valoraciones positivas. En menos de una semana el vídeo ya ha tenido más de 1 millón de visualizaciones, y el ritmo de crecimiento no parece detenerse.
Queda la duda de saber cuántas horas se necesitaron realmente para que todo saliera perfecto y el ‘efecto dominó’ no se detuviera en algún momento del proceso. El CEO de la agencia responsable, Ian Schafer, se ha limitado a confesar que “no fue fácil, fue un día muy largo”. Lástima no disponer de las tomas falsas porque seguro que darían mucho juego…
¿Más difícil que el ‘efecto dominó’ de Red Bull?
Aunque las comparaciones sean odiosas, ante una acción de este tipo resulta imposible no pararse a pensar si es más o menos complicada que otras realizadas anteriormente. Uno de los referentes a la hora de valorar debe ser el ‘efecto dominó’ realizado por Red Bull, considerado por muchos como el más espectacular hecho hasta la fecha.
La marca introdujo el factor humano dentro del proceso, empleando como piezas de su engranaje a 11 deportistas de élite especializados en modalidades extremas. Para poder llevar a cabo esta 'locura' necesitaron un equipo de 100 personas, 17 días de trabajo y un gigantesco hangar donde ensamblar lo que bautizaron como The Athlete Machine. El resultado es hipnotizador.