Glosario de Economía
Política
ACUMULACIÓN ORIGINARIA DEL CAPITAL:
Proceso histórico que precedió a la formación
de la gran producción capitalista y separó
de los medios de producción al productor. La acumulación
originaria del capital va acompañada: 1) de la ruina
en masa de los productores de mercancías (sobre todo
campesinos) y su transformación en individuos desposeídos,
jurídicamente libres, carentes de medios de subsistencia
y, por ende, obligados a vender su fuerza de trabajo a los
capitalistas; 2) de la acumulación de riquezas monetarias
en manos de determinadas personas, riquezas necesarias para
erigir empresas capitalistas. “Por tanto, el proceso
que engendra el capitalismo sólo puede ser uno: el
proceso de disociación entre el obrero y la propiedad
sobre las condiciones de su trabajo, proceso que de una
parte convierte en capital los medios sociales de vida y
de producción, mientras de otra parte convierte a
los productores directos en obreros asalariados. La llamada
acumulación originaria no es, pues, más que
el proceso histórico de disociación entre
el productor y los medios de producción’’
(C. Marx). En Inglaterra, el proceso de la acumulación
originaria del capital supuso la expropiación violenta
de los campesinos, de cuyas tierras se apoderaron los grandes
propietarios, quienes las convertían en pastizales
para ovejas. Los campesinos desposeídos de sus tierras
quedaban reducidos a la condición de personas carentes
de bienes y, en ultima instancia, se veían obligados
a someterse a la esclavitud capitalista. El gobierno feudal
de Inglaterra dictaba leyes inhumanas contra las persones
desamparadas, sin medios de subsistencia, que vagaban por
todo el país; las empujaba hacia las empresas capitalistas
las doblegaba a la disciplina cuartelaría del trabajo
capitalista. El saqueo de las colonias los empréstitos
estatales, el sistema tributario y la política proteccionista
influyeron en no poca medida para que determinadas personas,
sobre todo mercaderes, reunieran en sus manos grandes capitales.
El Estado promulgaba leyes draconianas contra los expropiados,
limitaba el salario de los obreros, establecía una
prolongada jornada de trabajo. El proceso de la acumulación
originaria del capital no se produjo simultáneamente
en los diversos países, y en cada uno de ellos presenta
rasgos específicos. En Inglaterra, Holanda y Francia,
tuvo lugar en los siglos XVI—XVlll; en los países
económicamente atrasados acaeció incluso en
el siglo XIX. En Rusia, el proceso se extiende a lo largo
de los siglos XVII-XIX y culmina con la reforma campesina
de 1861, que arruinó en masa a los campesinos, los
dejó sin tierras y convirtió a gran número
de ellos en proletarios. Mas, en todas partes, la acumulación
originaria del capital supuso la expropiación violenta,
por métodos crueles, de los productores directos.
CAPITAL CONSTANTE:
Parte del capital que existe bajo la forma de medios de
producción (edificios, instalaciones, maquinaria,
combustible, materias primas, materiales auxiliares) y cuyo
valor no cambia de magnitud en el proceso de producción.
La división del capital en capital constante y capital
variable (ver), división que estableció Marx
por primera vez, constituyó una premisa importantísima
para el análisis científico de la esencia
de la explotación capitalista. Se basa en el hecho
de que la fuente de la plusvalía y del incremento
del capital no reside en todo el capital, sino únicamente
en la parte que se dedica a comprar fuerza de trabajo. El
valor del capital constante permanece invariable en el proceso
de producción, y el trabajo concreto del obrero lo
transfiere a la nueva mercancía producida. El capital
constante, sin ser fuente de plusvalía, es condición
necesaria para que ésta se produzca y de ella se
apropie el capitalista. Algunas partes del capital constante
van transfiriendo su valor a la nueva mercancía a
medida que, en el proceso de trabajo, los medios de producción
se desgastan. Los edificios, las instalaciones y las máquinas
participan en la producción en el transcurso de muchos
ciclos de la misma a lo largo de varios años, transfiriendo
su valor, por partes, al producto. Por el carácter
de su movimiento, esta parte del capital constante forma
el capital fijo (ver). La otra parte del capital constante
—materia prima, combustible, materiales auxiliares—
se consume por entero en el proceso de producción
de la mercancía en el transcurso de un solo periodo
de producción y transfiere por completo su valor
al nuevo producto, constituyendo la parte denominada capital
circulante.
CAPITAL VARIABLE:
Parte del capital que el empresario invierte en la compra
de fuerza de trabajo (o sea, el salario de los obreros)
y que se incrementa en el proceso de producción.
En la empresa capitalista, el obrero crea un valor que supera,
por su volumen, lo que percibe en concepto de salario, es
decir, crea plusvalía, pues trabaja más tiempo
de lo que es necesario para producir el valor de su fuerza
de trabajo. Por consiguiente, el valor del capital desembolsado
para la compra de fuerza de trabajo no sólo se conserva
en el proceso en que se crea el nuevo valor, sino que se
incrementa en la magnitud de la plusvalía. Fue Marx
quien introdujo por primera vez la división del capital
en capital constante (ver) y capital variable. La diferencia
entre uno y otro la explica Marx por el doble carácter
que presenta el trabajo del proletario. Con su trabajo concreto
el obrero transfiere el valor de los medios de producción
consumidos al nuevo producto; con su trabajo abstracto,
crea un nuevo valor, que contiene el equivalente del valor
de la fuerza de trabajo y la plusvalía, de que se
apropia el capitalista gratuitamente. Con esto mostró
cuál es la fuente real de la plusvalía, se
reveló la esencia de la explotación capitalista
y el fin inmediato de la producción en el capitalismo:
crear plusvalía. Por el carácter de su rotación,
el capital variable constituye una parte del capital circulante.
COMPOSICIÓN ORGÁNICA DEL CAPITAL:
Relación, con arreglo al valor, entre el capital
constante y el capital variable, dado que dicha relación
refleja la composición técnica del capital
(ver), es decir, la relación entre la masa de medios
de producción y la fuerza de trabajo viva. Desde
el punto de vista material, el capital se descompone según
una determinada proporción en máquinas, herramientas,
materia prima y materiales auxiliares por una parte, y en
fuerza de trabajo viva por otra parte. La relación
entre la masa de medios de producción y el trabajo
vivo (la cantidad de fuerza de trabajo) depende de las particularidades
técnicas de la rama dada de producción, del
grado de desarrollo técnico de la sociedad y, finalmente
del nivel técnico de la empresa dada. Esta relación
se denomina composición técnica del capital
y refleja el nivel del desarrollo técnico de una
empresa, de una rama o de la producción social en
su conjunto. La composición, en cuanto al valor,
del capital, es la relación entre la magnitud del
valor del capital constante y la del valor del capital variable.
La composición del capital por su valor no sólo
se caracteriza por el nivel del desarrollo técnico
de la producción, sino que también depende
del cambio en los precios de las máquinas, herramientas,
materias primas y del valor de la fuerza de trabajo. Entre
la composición del capital por su valor y su composición
técnica existe una estrecha interdependencia. Cuanto
más elevada es la segunda, tanto mayor es la masa
de capital constante que corresponde a la unidad de capital
variable. Por lo tanto, la relación c:v conjuga orgánicamente
la expresión tanto de la composición técnica
del capital como de la composición del capital por
su valor. El crecimiento de la composición orgánica
del capital designa el desarrollo preferente de las ramas
de producción que fabrican medios de producción,
dado que el capital constante aumenta más rápidamente
que el capital variable. Con el desarrollo del capitalismo,
en el proceso de la acumulación del capital crece
la composición orgánica de este último,
lo cual refleja el crecimiento de la productividad del trabajo,
el perfeccionamiento de la técnica de la producción.
En la industria de transformación de los Estados
Unidos, por ejemplo, en 1889 la composición orgánica
del capital era de 4,5:1; en 1939, de 6:1; en 1955, de 8
: 1. El crecimiento de la composición orgánica
del capital, en el régimen capitalista, conduce a
un aumento del plustrabajo a costa de la reducción
del trabajo necesario; conduce a un aumento del paro forzoso,
a una mayor intensidad del trabajo, al empeoramiento de
la situación de la clase obrera. Debido al crecimiento
de la composición orgánica del capital, éste
lo concentra y centraliza en mayor escala, la producción
adquiere un carácter social, mientras la distribución
adquiere un carácter particular, cada vez más
acentuado, y ello provoca la agudización de la contradicción
fundamental del capitalismo.
CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO:
Estado de crisis general del sistema capitalista del mundo
y que abarca todos los aspectos de su vida económica,
política e ideológica. Abandono del capitalismo
por parte de nuevos países, debilitación de
las posiciones del imperialismo en la emulación económica
con el socialismo, desintegración del sistema colonial
del imperialismo, agudización de las contradicciones
de dicho sistema por el desarrollo del capitalismo monopolista
de Estado (ver) y por el crecimiento del militarismo, intensificación
de la inestabilidad interna y de la descomposición
de la economía capitalista, incremento de la lucha
entre el trabajo y el capital, inusitado reforzamiento de
la reacción política en todos sentidos, establecimiento
de regímenes fascistas, tiránicos, en varios
países, honda crisis de la política y de la
ideología burguesas: en todo ello encuentra su expresión
la crisis general del capitalismo. La crisis general del
capitalismo constituye el período histórico
“de derrumbamiento del capitalismo en toda su extensión
y de alumbramiento de la sociedad socialista” (V.
I. Lenin). El régimen burgués se halla en
esta situación hace ya mas de medio siglo. A diferencia
de la crisis económica de superproducción,
que surge periódicamente y que el capitalismo supera
mediante sus fuerzas internas en el marco de la sociedad
burguesa, aunque pasado cierto tiempo se presente una nueva
crisis, la crisis general del capitalismo una vez iniciada
prosigue y proseguirá ininterrumpidamente hasta que
el sistema capitalista de economía se liquide en
todo el mundo como resultado de transformaciones revolucionarias
y en su lugar se instaure el sistema socialista mundial
de economía. El rasgo principal de la crisis general
del capitalismo estriba en que el mundo se halla escindido
en dos sistemas sociales opuestos: el socialista y el capitalista.
Como quiera que la crisis general del capitalismo abarca
un largo período histórico, durante este tiempo
tiene lugar un doble proceso. Por una parte, mediante la
revolución socialista, los países se van desprendiendo,
uno tras otro, del sistema capitalista mundial, el capitalismo
se va debilitando, se reduce la esfera en que el capital
domina, aumentan y se ahondan todas las contradicciones
del sistema capitalista de economía mundial, a la
vez que se acentúan los aspectos reaccionarios de
este sistema social agonizante y en descomposición.
En la época de la crisis general del capitalismo,
se ha desarrollado en gran escala el capitalismo monopolista
de Estado, el imperialismo ha entrado en su período
de declinación y muerte. Por otra parte, crece y
se fortalece el sistema mundial del socialismo, la esfera
en que se extiende el modo socialista de producción
alcanza a un número cada vez mayor de países,
demostrando la superioridad del socialismo sobre el capitalismo.
La crisis general del capitalismo ha recorrido dos etapas
y ahora se encuentra en la tercera. La primera etapa comienza
con la Gran Revolución Socialista de Octubre y la
primera guerra mundial. Dura más de 20 años
hasta el estallido de la segunda guerra mundial. Durante
estos años surgió el primer Estado socialista
del mundo: la Unión Soviética. La U.R.S.S.,
primer país socialista y cercado por países
capitalistas hostiles se convirtió en una gran potencia
industrial que pasó a ocupar el segundo lugar en
el mundo por el nivel del desarrollo económico. En
el curso de la segunda guerra mundial y de las revoluciones
socialistas en varios países de Europa y Asia, entre
ellas la de la República Popular de China, transcurre
la segunda etapa de la crisis general del capitalismo. El
resultado fundamental de esta etapa estriba en que el capitalismo
retrocede sensiblemente y el mundo del socialismo se amplia
en gran medida. Se forma el sistema socialista mundial.
Bajo los golpes del movimiento de liberación nacional
de los pueblos oprimidos, se inicia la desintegración
del sistema colonial del imperialismo. Se produce una nueva
e importante debilitación del capitalismo. En la
actualidad, el capitalismo mundial ha entrado en una nueva
etapa — la tercera— de su crisis general.
CUOTA DE GANANCIA:
Proporción de la plusvalía (por lo común,
de la masa anual de plusvalía) respecto a todo el
capital desembolsado, expresada en tanto por ciento. La
cuota de ganancia caracteriza la eficiencia con que se utiliza
el capital, la rentabilidad de la empresa capitalista. Se
expresa mediante la fórmula:
g = p • 100
c+v
donde p es la plusvalía, c es el capital constante
y v es el capital variable. La cuota de ganancia es una
forma metamorfoseada de la cuota de plusvalía. Encubre
la explotación capitalista, pues la ganancia se presenta
como generada por todo el capital desembolsado y no por
su parte variable. La magnitud de la cuota de ganancia depende
de la cuota de plusvalía y de la composición
orgánica del capital. Cuanto mas elevada es la cuota
de plusvalía o grado de explotación del trabajo
asalariado por el capital, tanto mayor es la cuota de ganancia.
Como resultado de la competencia entre las diversos ramas
de la producción, se establece una ganancia media
(general) sobre los capitales de la misma magnitud. Con
el desarrollo del capitalismo, crece la composición
orgánica del capital y ello hace que la cuota de
ganancia tienda a disminuir. A esta tendencia se oponen
varios factores (aumento de la explotación de los
obreros, economía de medios de producción,
etc.). Sobre el aumento de la cuota de ganancia obtenida
en un año, influye la velocidad de rotación
del capital, de la que depende la cuantía de la ganancia
anual. A medida que aumenta o disminuye la velocidad de
rotación del capital, se incrementa o se reduce,
respectivamente, la cuota de ganancia, el análisis
de los factores que influyen sobre la magnitud de la cuota
de ganancia muestra que ésta no se crea en la esfera
de la circulación, sino durante la producción
capitalista, y el incremento de la cuota de ganancia depende
de lo que crezca el grado de explotación de la clase
obrera. La ganancia (y su cuota) constituye el resorte propulsor
de la producción capitalista. En la cuota de ganancia
se reflejan tanto las relaciones antagónicas de clase
entre la burguesía y el proletariado, como las relaciones
en el seno de la propia clase explotadora, entre sus grupos
y personas en la lucha por adueñarse de una parte
de la ganancia al repartirla. En las condiciones del capitalismo
moderno, cuando impera el capital monopolista, los monopolistas
obtienen una elevada ganancia monopolista (ver) sensiblemente
superior a la cuota media de ganancia.
CUOTA DE PLUSVALÍA:
Relación entre la plusvalía y el capital variable
(p : v) expresada en tanto por ciento. También puede
expresarse por medio de la relación entre el tiempo
de trabajo adicional y el tiempo de trabajo necesario. La
cuota de plusvalía muestra en cuántas veces
el valor de que el capitalista se apropia sin remunerarlo
supera a lo que el obrero recibe por su fuerza de trabajo,
o bien —y es lo mismo— en qué proporción
la jornada de trabajo se divide en tiempo durante el cual
el obrero trabaja para sí y tiempo durante el cual
trabaja para los capitalistas. Por esto “la cuota
de plusvalía es la expresión exacta del grado
de explotación de la fuerza de trabajo por el capital,
o del obrero por el capitalista’’ (C. Marx).
Lenin, en el artículo “Los salarios de los
obreros y las ganancias de los capitalistas en Rusia”,
mostró, partiendo de datos estadísticos de
una investigación oficial llevada a cabo en fábricas
y plantas industriales, que en 1908, el grado de explotación
de los obreros rusos pasaba del 100 %, pues con un salario
medio de 246 rublos anuales, cada obrero producía
al capitalista una ganancia media de 253 rublos. A medida
que el capitalismo se desarrolla, la cuota de plusvalía
se eleva incesantemente. Crece con singular rapidez en el
período del capitalismo monopolista. El aumento de
la masa de plusvalía engendra hondas contradicciones
antagónicas entre la burguesía y las masas
trabajadoras, lleva a una agudización de la lucha
de clases en la sociedad capitalista.
DINERO:
Mercancía cuya función específica estriba
en desempeñar la función de equivalente general
(ver). El dinero surgió espontáneamente en
la remota antigüedad, en el proceso de desarrollo del
cambio y de las formas del valor. En los estadios iniciales
del cambio, fueron diversas las mercancías que se
emplearon como equivalente general. Poco a poco, la función
del dinero se fue fijando espontáneamente en la plata
y el oro gracias a las singulares propiedades físicas
y químicas de dichos metales, muy idóneos
para desempeñar el papel de equivalente general.
En el siglo XX, la función de mercancía dinero
se ha circunscrito exclusivamente al oro. La aparición
del dinero fue resultado del desarrollo de la contradicción
interna dada en la mercancía, de la contradicción
entre el valor de uso y el valor. En consecuencia, todo
el mundo mercantil quedó escindido en dos polos:
1) todas las mercancías como valores de uso, y 2)
el dinero, plasmación general del valor. En el valor
de uso del dinero se expresa el valor de todas las demás
mercancías; el trabajo concreto (ver) contenido en
el dinero sirve de forma general en que se manifiesta el
trabajo abstracto (ver), y el trabajo privado encarnado
en el dinero aparece en forma socialmente reconocida. Por
medio del dinero se realiza el cálculo social del
trabajo, se mide el trabajo contenido en la mercancía
y esta medición no se hace de manera directa e inmediata
en tiempo de trabajo, sino indirectamente, por medio del
precio de la mercancía. A diferencia de las otras
mercancías; el dinero posee la propiedad de ser directa
y universalmente cambiable por cualquier otra mercancía.
La esencia y el papel del dinero en la economía se
manifiestan en las funciones del dinero (ver). La aparición
del dinero resuelve la contradicción del cambio directo
de mercancías a la vez que da origen a las condiciones
para que sigan desenvolviéndose las contradicciones
de la economía mercantil. El cambio de mercancías
a través del dinero, en la economía mercantil
basada en la propiedad privada sobre los medios de producción,
intensifica la dependencia en que el productor de mercancías
se encuentra respecto al mercado, a la fluctuación
de precios debida a las variaciones de correlación
entre la demanda y la oferta de mercancías. De ahí
que la aparición del dinero supusiera un aumento
del poder de la espontaneidad social sobre los hombres.
El desarrollo de las relaciones monetario—mercantiles
socava la economía natural e intensifica la diferenciación
de los productores privados de mercancías. Las cargas
feudales en especie se convierten en tributos en dinero,
surgen y se desarrollan los impuestos monetarios. Entre
las masas de la población aumenta la necesidad de
dinero. El dinero se concentró en manos de los ricos
y se convierte en medio de explotación de los pobres.
En el régimen de propiedad privada sobre los medios
de producción, cuando aparece en el mercado la mercancía
fuerza de trabajo, el dinero facilita el desarrollo del
sistema de trabajo asalariado y él mismo se convierte
en instrumento de la explotación capitalista. La
utilización del dinero con fines de lucro lo transforma
en capital. Mas el dinero por sí mismo no es capital.
Expresa las relaciones de producción dominantes entre
los productores de mercancías. Así se explica
que la esencia del dinero se modifique en dependencia del
modo de producción a que sirve. Bajo el capitalismo,
el dinero se convierte en capital, sirve para enriquecer
a la minoría explotadora. La necesidad del dinero
en la sociedad socialista está condicionada por la
existencia de la producción mercantil y por la acción
de la ley del valor. Bajo el socialismo, el dinero cumple
su función de equivalente general sin entrar en contradicciones
antagónicas con la mercancía. No hay crisis
económicas de superproducción que detengan
el proceso de conversión de las mercancías
en dinero. El dinero no aparece en calidad de forma universal
de la riqueza de la sociedad. Dada la limitación
de la esfera mercantil, en la sociedad socialista elementos
de la riqueza social tales como la tierra y el subsuelo,
los bosques, etc. no son objeto de compraventa. Al suprimirse
la propiedad privada, se liquida el poder del dinero sobre
los hombres y sus relaciones.
DIVISIÓN SOCIAL DEL TRABAJO:
Separación de distintos tipos de trabajo en la sociedad
de modo que los productores se concentran en determinadas
ramas y clases de producción. La división
social del trabajo se refleja en la división de la
economía nacional en sectores (industria, construcción,
agricultura, transporte etc.) y en ramas de la producción
(industria ligera, construcción de maquinaria, metalurgia,
ganadería, horticultura, etc.). La división
social del trabajo, así como la división del
mismo en una empresa, implica una especialización
profesional de los trabajadores de la producción.
El grado de desarrollo de la división social del
trabajo caracteriza el nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas. La primera gran división social del
trabajo —separación de las tribus dedicadas
a la ganadería— contribuyó a elevar
sensiblemente la productividad del trabajo y creó
las premisas materiales para el nacimiento de la propiedad
privada, de la sociedad de clases. La segunda gran división
social del trabajo —los oficios se separaron de la
agricultura— contribuyó a la ulterior elevación
de la productividad del trabajo y, junto a la primera gran
división social del trabajo, hizo que se ampliara
la producción de artículos destinados especialmente
al cambio y que creciera la producción mercantil.
El desarrollo de la economía mercantil y la ampliación
del mercado condicionaron el surgimiento de la tercera gran
división social del trabajo: la formación
de la clase de los mercaderes. El progreso de la división
social del trabajo en las sociedades basadas en la explotación
presenta un carácter clasista antagónico y
en parte encuentra su expresión en el nacimiento
y desarrollo de la oposición entre la ciudad y el
campo, entre el trabajo intelectual y el trabajo físico.
Bajo el capitalismo, la división social del trabajo
se desarrolla espontáneamente. El desigual avance
de las distintas esferas y ramas de la producción,
la anarquía de la producción social y la enconada
lucha competitiva provocan una constante desproporción
y un despilfarro incesante del trabajo social. En la economía
capitalista la producción se especializa con miras
a obtener ganancias. El proceso de desarrollo de la división
social del trabajo acentúa el carácter social
de la producción capitalista, creando las premisas
materiales del socialismo. La división social del
trabajo llega a rebasar los límites de la economía
nacional, el comercio internacional se desarrolla sobre
la base de la gran producción maquinizada y estas
circunstancias hacen que surja la división capitalista
internacional del trabajo (ver). Bajo el socialismo, la
división social del trabajo se diferencia por principio
de la división del trabajo en el régimen capitalista.
Se desarrolla según un plan con miras al crecimiento
de la producción social y a la elevación de
la productividad del trabajo y ello con el fin de satisfacer
las necesidades de la sociedad y de cada uno de sus miembros.
El emplazamiento socialista de la producción, la
especialización y la cooperación de las empresas
abren amplias posibilidades para que se utilicen de manera
más completa y eficiente el potencial de producción,
los recursos laborales y materiales. Con el nacimiento del
sistema socialista de economía mundial, la división
social del trabajo rebasa el marco de los diversos países
socialistas, aparece la división socialista internacional
del trabajo.
DOBLE CARÁCTER DEL TRABAJO:
Doble contenido del trabajo creador de mercancías;
esta dualidad se debe a que el valor de uso de la mercancía
es fruto del trabajo concreto (ver), mientras que el valor
de la mercancía lo es del trabajo abstracto (ver).
El primero en descubrir el doble carácter del trabajo
fue Marx y este descubrimiento constituye la base científica
de la teoría marxista del valor por el trabajo. El
doble carácter del trabajo es inherente a la producción
mercantil. Bajo la producción mercantil simple y
capitalista, el doble carácter del trabajo expresa
la contradicción entre el trabajo privado y el social,
originada por el dominio de la propiedad privada sobre los
medios de producción. Bajo el socialismo, el doble
carácter del trabajo que crea mercancías se
diferencia radicalmente del doble carácter del trabajo
bajo el capitalismo, pues en ese caso el trabajo concreto
y el abstracto son dos aspectos del trabajo directamente
social, basado en el dominio de la propiedad social sobre
los medios de producción. En la etapa superior del
comunismo, al desaparecer la producción mercantil,
el trabajo deja de poseer un doble carácter.
EMULACIÓN SOCIALISTA:
Método para elevar la productividad del trabajo,
incrementar y perfeccionar la producción social y
la educación comunista sobre la base de la amplia
actividad y la iniciativa creadora de los trabajadores,
libres de toda explotación. La emulación socialista
surgió después de la revolución socialista,
gracias a la cual resultó posible organizar en gran
escala la emulación entre millones de obreros, campesinos
y empleados que sustituyeron el trabajo forzoso en beneficio
de los explotadores por el trabajo para sí, para
su sociedad. Expresa la colaboración basada en la
camaradería y la ayuda mutua entre los trabajadores,
su actitud socialista hacia el trabajo. El objetivo de la
emulación socialista estriba en contribuir por todos
los medios a cumplir y superar los planes de la economía
nacional en cada empresa, en cada rama de la producción
y en la economía nacional tomada en su conjunto.
Los rasgos característicos fundamentales de la emulación
socialista son: el amplio carácter público,
la conquista de altos índices de producción,
la difusión de la experiencia de vanguardia entre
toda la masa de los trabajadores, la elevación de
los rezagados hasta el nivel de los más destacados,
el descubrimiento de reservas de crecimiento de la producción
con el fin de impulsar el ascenso general de la economía
en la sociedad socialista. En la base de la emulación
socialista se encuentran estímulos materiales y morales.
El interés material personal por los resultados de
la labor propia estimula al trabajador a buscar constantemente
nuevos procedimientos y métodos de trabajo para incrementar
la productividad y organizar mejor la producción,
a poner en juego su iniciativa creadora, a luchar contra
la rutina y la estrechez de miras, a facilitar el empleo
de lo nuevo y lo avanzado en la producción. En el
curso de la emulación, aumenta la productividad del
trabajo social, crece y mejora la producción, se
eleva la cantidad de los productos obtenidos y su calidad,
la sociedad se hace más rica. Al mismo tiempo, los
trabajadores de vanguardia y los innovadores de la producción
que han alcanzado los mejores índices en su trabajo,
se ven correspondientemente recompensados por la sociedad
en el aspecto material y en el moral, reciben condecoraciones
y estímulos por su destacada aporte social y de innovación.
EXPORTACIÓN DE CAPITALES:
Forma, típica del capitalismo monopolista, de invertir
capitales en el extranjero con el fin de obtener ganancias
máximas. El capital se exportaba ya durante el capitalismo
premonopolista, mas entonces desempeñaba un papel
secundario respecto a la exportación de mercancías
(ver). La exportación de capitales constituye uno
de los caracteres fundamentales del imperialismo (ver).
La necesidad de exportar capital surge en los países
capitalistas más desarrollados debido a que la oligarquía
financiera (ver), después de concentrar en sus manos
enormes recursos materiales y monetarios, encuentra limitadas
las posibilidades de inversión en el interior del
país de modo que las inversiones garanticen altas
ganancias monopolistas; así se forma un relativo
“sobrante” de capital que desplaza hacia los
lugares donde la cuota de ganancia es superior a la del
país dado. Al mismo tiempo, la economía capitalista
mundial del imperialismo hace posible invertir capitales
de manera que produzcan altos beneficios, pues los países
atrasados han sido ya incorporados a la circulación
mundial de mercancías, cuentan con vías de
comunicación hasta cierto punto accesibles y disponen
de fuerza de trabajo libre para la explotación capitalista.
La exportación de capitales se lleva a cabo ya sea
bajo la forma de empresas (el capital exportado se coloca
en alguna empresa) o en forma de préstamos (el capital
exportado se presta a un determinado interés). En
ambos casos, el exportador de capital explota a los trabajadores
del país en que dicho capital se invierte, directamente
en el primer caso, y en el segundo, a través de quienes
obtienen los préstamos, es decir, a través
de los explotadores locales. Actúan como exportadores
de capital los propios monopolios o el aparato estatal —por
ellos controlado— de los países imperialistas.
En los últimos años, se registra una tendencia
a aumentar sensiblemente el peso especifico de la exportación
estatal de capitales, cosa que se explica por los esfuerzos
colosales del movimiento de liberación nacional,
que amenaza no sólo con reducir las ganancias del
capital privado que se exporta sino, frecuentemente, con
su pérdida absoluta. La forma estatal de la exportación
de capitales resulta beneficiosa para los monopolios porque
garantiza la indemnización de los beneficios “no
obtenidos” mediante el saqueo impositivo de los trabajadores
pertenecientes al propio país. Después de
la segunda guerra mundial, la exportación de capitales
de los Estados Unidos superó a la de todos los demás
estados capitalistas tomados en conjunto. La obtención
de ganancias máximas sobre el capital exportado a
países atrasados en su desarrollo económico,
está indisolublemente vinculada al dominio económico
y político de la oligarquía financiera en
los países coloniales y dependientes, a la detención
del incremento de la industria nacional en los países
poco desarrollados, al mantenimiento de bajos precios monopolistas
(ver precio de monopolio) para las mercancías que
dichos países venden y a la explotación, en
ellos, de mano de obra barata. Por cada dólar invertido
en países poco desarrollados, desde 1946 hasta 1959,
los Estados Unidos —exportador fundamental de capitales—
obtuvieron 2,5 dólares de ganancia. La exportación
de capitales acentúa la contradicción del
imperialismo, dado que al intensificar la explotación
de los países poco desarrollados, provoca inevitablemente
en ellos, al mismo tiempo; un crecimiento de la producción
industrial, la formación del proletariado industrial
y de la burguesía nacional, fortalece el movimiento
de liberación nacional.
FORMAS DEL VALOR:
Formas en que se expresa el valor (ver) de las mercancías
en las diversas etapas del proceso histórico de desarrollo
de la producción mercantil. Se distinguen las siguientes
formas del valor: 1) la simple o fortuita; 2) la total o
desarrollada; 3) la general, y 4) la forma dinero del valor.
La forma simple o fortuita del valor es, histórica
y lógicamente, la primera forma en que se expresa
el valor de una mercancía y corresponde a la etapa
inicial del desarrollo de la producción mercantil.
Puede expresarse mediante la ecuación: x mercancía
A = y mercancía B. Esta forma es simple porque el
valor de una mercancía se expresa en una mercancía
sola. Es fortuita porque la mercancía que expresa
el valor se determina casualmente, dado el poco desarrollo
de la producción mercantil. En la forma simple del
valor están presentes dos mercancías: una
(la mercancía A), cuyo valor se expresa, y otra (la
mercancía B), que sirve para expresar el valor. La
primera mercancía se encuentra en la forma relativa
del valor; la segunda, en la forma equivalente. Tres peculiaridades
caracterizan la forma equivalente del valor: 1) el valor
de uso se convierte, en este caso, en expresión de
su contrario: el valor; 2) el trabajo concreto invertido
en la producción del valor de uso de una mercancía
-del equivalente- aparece como expresión del trabajo
abstracto invertido en la producción de otra mercancía
(la mercancía A); 3) el trabajo del productor privado
que crea la mercancía-equivalente (la mercancía
B) aparece en calidad de trabajo social. La forma total
o desarrollada del valor va sustituyendo a la forma simple
a medida que se desarrolla el intercambio mercantil y éste
adquiere un carácter más o menos regular.
Con la forma total del valor, la misma mercancía
empieza a expresar su valor en muchas mercancías
y no en una sola:
En la forma total del valor resulta aun más palmaria
la base única del mundo de las mercancías:
el trabajo invertido en la producción de las mercancías.
La forma general del valor es resultado del ulterior desarrollo
de la producción mercantil, desarrollo que conduce
a la separación de una mercancía por la que
se cambian, con la mayor frecuencia, todas las demás.
Con la forma general del valor, todas las mercancías
empiezan a expresar su valor en una mercancía determinada:
En este caso, una mercancía (la mercancía
E) expresa el valor de todas las demás mercancías
y constituye el equivalente general (ver). De este modo,
todas las mercancías reciben una forma única
de expresión del valor. El equivalente general aparece
como materialización directa del trabajo social.
Cualquier mercancía puede desempeñar la función
de equivalente general, e históricamente la han desempeñado
diferentes mercancías (sobre todo, el ganado), mas
poco a poco tal función se ha ido fijando en una
sola mercancía, que se ha convertido en dinero. En
sustitución de la forma general del valor aparece
la forma dinero del valor. El dinero (ver), equivalente
general, es una mercancía especial a cuyo valor de
uso se ha adherido sólidamente la forma equivalencial
del valor.
FUERZA DE TRABAJO:
Capacidad del hombre para trabajar, conjunto de fuerzas
físicas y espirituales de que el hombre dispone y
que utiliza en el proceso de producción de los bienes
materiales. La fuerza de trabajo es la condición
fundamental de la producción en toda sociedad. En
el proceso de producción, el hombre no sólo
actúa sobre la naturaleza que le rodea, sino que
desarrolla, además, su experiencia productiva, sus
hábitos de trabajo. En las sociedades antagónicas
de clase, los obreros carecen de medios de producción
y son explotados. Las formas en que la fuerza de trabajo
se explota dependen del tipo de propiedad imperante. Bajo
el capitalismo, la fuerza de trabajo se convierte en una
mercancía. Las condiciones necesarias para que la
fuerza de trabajo se convierta en mercancía son:
1) la libertad personal del individuo, la posibilidad de
disponer de su fuerza de trabajo; 2) la carencia de medios
de producción en lo que respecta al trabajador, la
necesidad de vender la capacidad de trabajo para obtener
medios de subsistencia. Bajo el capitalismo, la fuerza de
trabajo, como cualquier otra mercancía, posee valor
y valor de uso. El valor de la fuerza de trabajo se determina
por el valor de los medios de vida indispensables para mantener
la normal capacidad de trabajo de su poseedor y sostener
a los miembros de su familia, y también por los gastos
que implica el aprendizaje del obrero. Con el desarrollo
de la sociedad, el valor de la fuerza de trabajo cambia
de magnitud, dado que se modifican el nivel de las necesidades
y la cantidad de medios de vida necesarios al obrero y a
su familia; también cambia el valor de dichos medios
de vida a causa del avance de las fuerzas productivas. Así,
por ejemplo, el valor de la fuerza de trabajo de un obrero
inglés en nuestros días es esencialmente distinto
de lo que era a mediados del siglo XIX. Las diferencias
de nivel en el desarrollo económico, las peculiaridades
nacionales e históricas de los países, así
como las condiciones naturales y climáticas hacen
que el valor de la fuerza de trabajo en los diferentes países
presente diferencias esenciales. A medida que la producción
progresa, se registra una tendencia general a que se eleve
el nivel de las necesidades del obrero y aumente el valor
de la fuerza de trabajo. El precio de esta fuerza tiende
a situarse por debajo de su valor, lo cual se halla condicionado
por el aumento del paro forzoso. Los capitalistas procuran
reducir al mínimo las necesidades materiales y culturales
de los trabajadores disminuyendo los salarios. El valor
de uso de la mercancía fuerza de trabajo estriba
en la facultad que posee el obrero de crear, en el proceso
de trabajo, un valor que supera al de la propia fuerza de
trabajo, es decir, en la facultad de proporcionar plusvalía
(ver). En esta particularidad, de crear plusvalía
reside el principal interés del capitalista, por
eso compra y consume fuerza de trabajo.
FUERZAS PRODUCTIVAS:
Conjunto de los medios de producción y de los hombres
que los emplean para producir bienes materiales. La parte
material de las fuerzas productivas, ante todo los medios
de trabajo, constituye la base material y técnica
de la sociedad. En nuestra época, se convierte en
fuerza directamente productiva la ciencia. La fuerza productiva
principal está formada por los trabajadores, que
crean los instrumentos de producción, los ponen en
movimiento, poseen experiencia y hábitos de trabajo.
Las fuerzas productivas expresan la relación que
existe entre el hombre y los objetos y fuerzas de la naturaleza,
el grado en que éste los domina. En el proceso de
producción de los bienes materiales, los hombres
desarrollan y perfeccionan los instrumentos de trabajo,
crean nuevas máquinas, aprenden a explotar las riquezas
naturales, amplían sus conocimientos, van dominando
las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad y de la
naturaleza. Ello conduce a un crecimiento incesante de las
fuerzas productivas. Por el influjo de este crecimiento
y, ante todo, del perfeccionamiento de los instrumentos
de producción, cambian las relaciones de producción
(ver), y se modifica también el modo de producción
(ver). A un determinado nivel de las fuerzas productivas
corresponden determinadas relaciones de producción,
en las que entran los hombres en el proceso de producción.
"Lo que distingue a las épocas económicas
unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo
se hace, con qué instrumentos de trabajo se hace.
Los instrumentas de trabajo no son solamente el barómetro
indicador del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre,
sino también el exponente de las condiciones sociales
en que se trabaja" (C. Marx). En una determinada fase
de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad
entran en contradicción con las relaciones de producción
existentes. En las formaciones económico-sociales
antagónicas -esclavista, feudal y capitalista- dicha
contradicción se convierte en un conflicto insoluble,
dado que las relaciones de producción, de forma de
desarrollo de las fuerzas productivas, se convierten en
un freno, en un grillete de ellas. La revolución
social es la forma en que se expresa y se resuelve este
conflicto (ver Ley de la correspondencia entre las relaciones
de producción y el carácter de las fuerzas
productivas). El capitalismo, después de haber desarrollado
de manera gigantesca las fuerzas productivas, se convirtió
en un obstáculo ingente para el progreso social.
En la presente época de transición del capitalismo
al socialismo, el conflicto cada vez más agudo, entre
las fuerzas productivas y las relaciones capitalistas de
producción, "plantea imperiosamente a la humanidad
la tarea de romper la descompuesta envoltura capitalista
liberar las poderosas fuerzas productivas creadas por el
hombre y utilizarlas en bien de toda la sociedad".
Como resultado de la revolución socialista, en el
transcurso de la edificación comunista, la edificación
de la base material y técnica del comunismo y la
elevación del nivel cultural y técnico de
los trabajadores es la tarea cardinal que se ha de cumplir
para crear las fuerzas productivas comunistas.
GANANCIA -capitalista-:
Forma metamorfoseada de la plusvalía; aparece coma
excedente (ingreso) sobre las inversiones de capital y de
ella se apropia gratuitamente el capitalista. La transformación
de la plusvalía en ganancia se debe a que el capitalista
desembolsa capital no sólo para contratar fuerza
de trabajo, sino, además, para adquirir medios de
producción, sin los cuales no puede darse el proceso
de producción, el proceso en que se crea plusvalía.
Por este motivo la plusvalía, presentada de este
modo como fruto de todo el capital desembolsado, adquiere
la forma metamorfoseada de la ganancia" (C. Marx).
En realidad, sin embargo, la fuente de la ganancia no comprende
a todo el capital, sino únicamente la parte invertida
en fuerza de trabajo. La forma de la ganancia encubre el
origen real de esta última: la explotación
del trabajo vivo por el capital. El que la plusvalía
se convierta en ganancia se halla condicionado por el hecho
de que la plusvalía sólo se manifiesta efectivamente
en el proceso de realización de la mercancía,
y lo hace bajo el aspecto de diferencia entre su precio
y los gastos capitalistas (c + v) de producción,
es decir, bajo el aspecto de ganancia que después
de cada rotación del capital recibe el capitalista.
Al poseedor del capital le es indiferente que en su empresa
se fabriquen tales o cuales valores de uso; para él
sólo una cosa importa: obtener ganancias (ver Cuota
de ganancia). Lograr que los capitalistas obtengan ganancias
máximas constituye la finalidad determinante de la
producción capitalista, su principal motivo. Aquel
que, en la carrera tras las ganancias, queda a la zaga,
se arruina en la lucha competitiva. En la época de
la libre competencia, los empresarios se contentaban con
la ganancia media. En el período del imperialismo,
los monopolios, intensificando la explotación de
los trabajadores de sus países, expoliando a los
pueblos de los países dependientes y atrasados recurriendo
a la militarización de la economía y a la
guerra, y también apropiándose de parte de
las ganancias de los empresarios no monopolizados, extraen
superganancias monopolistas. En la sociedad socialista la
ganancia es el ingreso neto de la sociedad creado por el
trabajo adicional de los trabajadores de la producción
material. La formación de la ganancia, bajo el socialismo,
no expresa la explotación del hombre por el hombre.
En la producción socialista, el fin principal es
el de satisfacer las necesidades de la sociedad. La industria
socialista no fabrica artículos para obtener ganancias,
sino porque son necesarios a la sociedad. Al mismo tiempo,
en cada empresa la ganancia tiene un importante significado,
dado que es el índice económico de la eficiencia
de su actividad. Sin calcular las ganancias, no hay modo
de determinar a qué nivel la empresa produce y cuál
es su aportación al fondo de todo el pueblo.
IMPERIALISMO:
Ees el capitalismo en su fase superior y última de
desarrollo; es el capitalismo en descomposición,
agonizante, umbral de la revolución socialista. La
peculiaridad distintiva fundamental del imperialismo respeto
al período preimperialista del capitalismo estriba
en que el gran capital monopolista domina en las esferas
económica, política e ideológica. De
ahí que el imperialismo se denomine también
capitalismo monopolista. Lenin fue el primero en someter
a un análisis científico multilateral el imperialismo
y en determinar sus rasgos económicos principales.
Son estos: 1. La concentración de la producción
y del capital ha llegado a un punto tan alto de desarrollo,
que ha hecho surgir los monopolios, los cuales desempeñan
un papel decisivo en la vida económica. 2. La fusión
del capital bancario con el industrial, sobre cuya base
surgen el capital y la oligarquía financieros. 3.
La exportación de capitales, a diferencia de la de
mercancías, adquiere singular importancia. 4. La
formación de agrupaciones monopolistas internacionales
de capitalistas, que se reparten el mundo. 5. La culminación
del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas
más importantes. Bajo el imperialismo se conservan
las bases generales del modo capitalista de producción.
Como antes, la propiedad de los medios de producción
fundamentales sigue en manos de un pequeño puñado
de capitalistas o de sus agrupaciones. Como antes, los trabajadores
son objeto de explotación. El estímulo principal
de la producción capitalista continúa siendo
el afán de ganancias. La economía de los países
capitalistas se desarrolla en las condiciones de la anarquía
de la producción y de la lucha competitiva, bajo
el influjo de leyes económicas espontáneas.
La ley económica básica del capitalismo, la
ley de la plusvalía -ley económica fundamental
del capitalismo sigue actuando también bajo el imperialismo.
La sustitución de la libre competencia por el dominio
de los monopolios hace que las agrupaciones de capitalistas
(cártels, trusts, consorcios), concentrando en sus
manos gran parte de la producción y venta de las
mercancías y aplastando a sus competidores, puedan
obtener una elevada ganancia monopolista (ver), de magnitud
sensiblemente mayor que la ganancia media. Después
de analizar profundamente la esencia del imperialismo, Lenin
llegó a la conclusión de que era posible la
victoria de la revolución socialista en algunos países
capitalistas e incluso en uno solo, y en este caso el desarrollo
del proceso revolucionario en el mundo se produciría
de modo que otros países se irían desgajando
del sistema imperialista. El curso posterior de la historia
ha confirmado esta previsión de Lenin. La contradicción
fundamental del imperialismo sigue siendo la del trabajo
con el capital, cada vez más acerba dado que el capital
monopolista va aumentando la explotación y la opresión
de las masas trabajadoras. En su insaciable avidez de elevadas
ganancias, los monopolios saquean y oprimen no sólo
a la clase obrera, sino, además, a los campesinos
trabajadores, a amplios sectores de la intelectualidad,
a la pequeña burguesía y a una parte de la
burguesía media. Es singularmente pesado el yugo
que se impone a los pueblos de las colonias y de los países
dependientes; un profundo antagonismo separa los estados
imperialistas de los países que han conquistado su
independencia nacional, de los pueblos que luchan por su
liberación. En el transcurso del movimiento de liberación
nacional, los cimientos del imperialismo se resquebrajan
cada vez más, sus fuerzas menguan (ver Desintegración
del sistema colonial. Dado que en la época imperialista
se acentúa la desigualdad del desarrollo de los países
capitalistas (ver Ley de la desigualdad del desarrollo económico
político de los países capitalistas en el
período del imperialismo), se agudizan las contradicciones
entre las propias potencias imperialistas en la lucha por
la obtención de elevadas ganancias monopolistas.
Todas estas contradicciones del imperialismo contemporáneo
conducen a la formación de un torrente único
democrático general que une a la clase obrera, a
los campesinos, a la pequeña burguesía, a
la intelectualidad y a importantes capas de la burguesía
media nacional en un frente de lucha antimonopolista contra
el yugo imperialista. El factor decisivo que debilita al
imperialismo en el período de la crisis general del
capitalismo (ver) estriba en el rápido crecimiento
del sistema socialista mundial. Ello hace que el sistema
imperialista mundial se encuentre desgarrado por hondas
e incisivas contradicciones que corroen y destruyen al régimen
capitalista, provocan su seria debilitación y, finalmente,
su hundimiento. El capital monopolista, para conservar y
en cierto modo apuntalar las resquebrajadas bases del imperialismo,
para mantenerse en emulación frente al poderío,
cada día mayor, del sistema socialista mundial, une
su fuerza con la del Estado burgués. En esto consiste
la esencia, el contenido fundamental del capitalismo monopolista
de Estado (ver), que adquiere vasto desarrollo en la fase
actual del capitalismo. El objetivo de esta unión
estriba en asegurar a los grandes monopolios beneficios
extraordinariamente elevados, en aplastar el movimiento
obrero y la lucha de liberación nacional, en conservar
y fortalecer los pilares del régimen capitalista,
en intentar la destrucción del régimen socialista
y el sistema socialista mundial en desencadenar guerras
de rapiña. Sin embargo la experiencia histórica
muestra que el capitalismo monopolista de Estado, en vez
de reforzar el sistema capitalista -como esperan la burguesía
y sus defensores-, acentúa más aun las contradicciones
del capitalismo, lo socava de raíz. Consolidado el
régimen socialista gracias a la victoria de las revoluciones
socialistas en varios países de Europa y Asia, derribado
el colonialismo por la lucha de liberación nacional
de los pueblos de las colonias y de los países dependientes,
ha cobrado un poderoso impulso el movimiento progresivo
de las masas populares en los países capitalistas.
Ahora bien, el imperialismo no cederá sin lucha el
camino al régimen nuevo, socialista. Intentará
por todos los medios, incluido el de la agresión,
establecer el dominio del capitalismo en todo el orbe. "Mientras
exista el imperialismo -se dice en los planes quinquenales.-,
la humanidad no podrá sentirse tranquila respecto
a su futuro".
JORNADA DE TRABAJO:
Tiempo del día durante el cual el trabajador labora
en una empresa o institución. La naturaleza social
de la jornada de trabajo es determinada por las relaciones
de producción que dominan en la sociedad. La jornada
de trabajo se divide en tiempo de trabajo necesario (ver)
y tiempo de trabajo adicional. Bajo el capitalismo, esta
división presenta un carácter antagónico.
El capitalista procura aumentar el tiempo de trabajo adicional
para obtener mayor plusvalía. Los términos
máximos de duración de la jornada de trabajo,
en el régimen capitalista, dependen de dos tipos
de factores. Por una parte, dependen de los límites
físicos en que puede usar la fuerza de trabajo, pues
el obrero necesita cierto tiempo para el sueño, el
descanso, la comida y la satisfacción de otras necesidades
físicas indispensables. Por otra parte, dependen
de exigencias de carácter social y moral; el obrero
necesita tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales
y sociales, cuyo nivel y carácter dependen del estado
general de la cultura en un país dado, del grado
de desarrollo de la clase obrera y de la lucha clasista
del proletariado. El afán de obtener mayor plusvalía
induce a los capitalistas a prolongar la jornada de trabajo,
más esta tendencia choca constantemente con la resistencia
de la clase obrera que procura limitar a una magnitud normal
la duración de la jornada de trabajo. De ahí
que en última instancia, la duración de la
jornada de trabajo se halle determinada por la correlación
de fuerzas en la lucha entre los capitalistas y la clase
obrera. Sobre la duración real de la jornada de trabajo,
influyen en gran manera el grado de intensidad del trabajo,
la magnitud del paro forzoso, el nivel del salario real,
el movimiento de las fases del ciclo industrial, etc. En
el curso de la lucha contra los capitalistas la clase obrera
planteó la reivindicación de la jornada de
ocho horas como proclamaron en 1866 el Congreso Obrero celebrado
en los EE. UU. y, a propuesta de Marx, el Congreso de la
I Internacional. Antes de la primera guerra mundial la jornada
de trabajo era de 10 a 12 horas en la mayor parte de los
países capitalistas desarrollados. En 1919, por el
influjo de la Gran Revolución Socialista de Octubre
y el establecimiento de la jornada de ocho horas en la Unión
Soviética, así como bajo la presión
del movimiento obrero revolucionario, los representantes
de los países capitalistas firmaron en Washington
un convenio internacional sobre la implantación de
la jornada de ocho horas. No obstante, muchos países
capitalistas no ratificaron el convenio, que se infringe
a menudo incluso en los países que lo aprobaron.
La reducción ulterior de la jornada de trabajo va
acompañada de un aumento de la intensidad del mismo,
de un descenso del salario real, de un empeoramiento de
las otras condiciones de trabajo de un incremento del grado
de explotación de la clase obrera. Se encuentran
en una dura situación los trabajadores de los países
coloniales y dependientes, donde la jornada de trabajo en
realidad no está limitada y llega hasta las catorce
y dieciséis horas al día. La lucha económica
de la clase obrera de los países capitalistas por
condiciones normales de trabajo y, en particular, por reducir
la jornada de trabajo no puede mejorar de manera radical
la situación de los obreros, y las conquistas económicas
alcanzadas no pueden ser sólidas. Únicamente
la liquidación del régimen capitalista, la
conquista del poder político por la clase obrera
puede liberar al proletariado del yugo de la explotación
capitalista y proporcionarle condiciones normales de trabajo
y descanso, puede reducir gradualmente la jornada de trabajo
a la vez que se eleva el nivel de vida de los trabajadores.
Establecido el modo socialista de producción, todo
el tiempo de trabajo de la jornada va en favor de los trabajadores.
Bajo el socialismo, la reducción de la jornada laboral
hace más fáciles las condiciones de trabajo
y aumenta el tiempo libre de los trabajadores, con lo que
se crean mejores condiciones para el desarrollo integral
del hombre de la sociedad socialista, para que todos los
trabajadores participen en la vida estatal, económica
y cultural del país. La principal condición
para que se reduzca la jornada de trabajo bajo el socialismo
estriba en el crecimiento incesante de la productividad
del trabajo social. La jornada laboral se reduce a la vez
que se mantiene ocupada toda la población útil
para el trabajo, y ello se logra introduciendo maquinaria
de mayor productividad, mejorando la tecnología,
mecanizando y automatizando los procesos productivos, perfeccionando
la organización de la producción y del trabajo.
El incremento de la productividad del trabajo hace posible
que la jornada laboral sea de menor duración y que
aumente el volumen del producto necesario y adicional. De
este modo, en la sociedad socialista, la jornada de trabajo
se reduce a la vez que se eleva el nivel de vida material
de los trabajadores, se aumenta el salario, ante todo el
de los trabajadores que perciben bajas remuneraciones. En
la reducción de la jornada laboral, la Unión
Soviética ha alcanzado grandes éxitos. Ya
en los primeros días del Poder Soviético,
se promulgó un decreto que establecía la jornada
de ocho horas. En algunos países socialistas los
obreros y empleados pasaron a la jornada de siete horas,
y los obreros de profesiones básicas, ocupados en
labores subterráneas, a la jornada de seis horas.
Al mismo tiempo, los ingresos reales de los obreros y empleados
han aumentado. Actualmente, el tiempo medio de la jornada
de trabajo establecido para los obreros industriales es
de 6,93 horas. La duración media de la semana laboral
de los trabajadores en la industria es de cuarenta horas.
La reducción gradual de la duración de la
jornada de trabajo y el aumento del tiempo libre de los
trabajadores constituyen una de las leyes del paso al comunismo,
el cual presupone no sólo la creación de la
abundancia de bienes materiales sino además, el desarrollo
integral de todos los miembros de la sociedad.
LEY DE LA CORRESPONDENCIA ENTRE LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN
Y EL CARÁCTER DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS:
Ley económica objetiva del desarrollo de la sociedad
y que actúa en todas las formaciones económico-sociales
(ver). Determina la acción recíproca entre
las fuerzas productivas (ver) y las relaciones de producción
(ver) revelando el nexo causal interno y la interdependencia
de estos dos aspectos del modo de producción. Las
fuerzas productivas son el elemento más revolucionario
y móvil de la producción. Primero se desarrollan
y modifican las fuerzas productivas. Como resultado de estos
cambios, se desarrollan y se transforman las relaciones
de producción. Las relaciones de producción
constituyen una forma de desarrollo de las fuerzas productivas,
de cuyo nivel y carácter dependen. Al mismo tiempo,
dichas relaciones poseen una cierta independencia y actúan,
a su vez, sobre el desenvolvimiento de las fuerzas productivas.
Si las relaciones de producción corresponden al nivel
y al carácter de las fuerzas productivas, aceleran
su avance, se convierten en su motor. Al contrario, si las
relaciones de producción se rezagan respecto al desarrollo
de las fuerzas productivas y dejan de corresponder al carácter
de estas últimas, constituyen un obstáculo
para el progreso de la producción. Tarde o temprano,
como lo prueba la historia del desarrollo de la sociedad,
las relaciones de producción caducas han de ser sustituidas
por otras, nuevas. La ley de la correspondencia entre las
relaciones de producción y el carácter de
las fuerzas productivas condiciona la sustitución
de las formaciones económico-sociales, la transición
de un régimen social a otro; transición que,
en las sociedades antagónicas de clase, se efectúa
en encarnizada lucha de clases, por medio de la revolución
social. En correspondencia con esta ley, surge la necesidad
y la posibilidad objetivas de poner fin al régimen
capitalista e implantar el socialista. Las relaciones de
producción capitalistas, basadas en la propiedad
privada sobre los medios de producción, se encuentran
en conflicto con el carácter social de las poderosas
fuerzas productivas modernas. La prueba está en los
bajos ritmos de crecimiento de la producción, en
las crisis económicas, en el hecho de que se trabaja
constantemente por debajo del potencial de producción,
en la desocupación crónica. Después
de desarrollar de manera gigantesca las fuerzas productivas,
el capitalismo no las utiliza en interés de la sociedad,
sino con vistas al enriquecimiento de un pequeño
grupo, de un puñado de explotadores. El capitalismo
se ha trocado en un inmenso obstáculo del progreso
social. La humanidad entra en el período de la revolución
científico-técnica, mas las relaciones de
producción del capitalismo resultan excesivamente
estrechas para tal revolución, para que la sociedad
pueda utilizar plenamente todos los resultados de la ciencia,
de la técnica y de la cultura. El creciente conflicto
entre las acrecentadas fuerzas productivas y las viejas
relaciones de producción exige que se liquide la
envoltura capitalista, que se liberen las poderosas fuerzas
productivas creadas por el hombre y que se orienten hacia
el bien de toda la sociedad. Esto solo puede hacerlo el
socialismo. En el régimen socialista, gracias al
dominio de la propiedad social sobre los medios de producción
y al carácter planificado de la economía nacional
las relaciones de producción se encuentran en consonancia
con el carácter de las fuerzas productivas. Ello
ofrece amplias perspectivas al desenvolvimiento acelerado
y sin crisis de las fuerzas productivas socialistas. También
bajo el socialismo surgen contradicciones entre las fuerzas
productivas y algunos aspectos de las relaciones de producción,
las cuales son manejadas mediante la democracia popular
y la dictadura obrera, según su carácter.
En el curso de la edificación comunista, el Partido
Comunista y el Estado socialista irán descubriendo
los elementos rezagados de las relaciones de producción
y los modificarán. A medida que se desarrollan las
fuerzas productivas, que se va creando la base material
y técnica del comunismo y avanza la educación
comunista de los trabajadores, las relaciones socialistas
de producción se perfeccionan y se van transformando
en comunistas.
LEY DE LA DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO:
Ley económica del socialismo; expresa las relaciones
de distribución de los bienes materiales para el
consumo personal. Según esta ley, en la primera fase
del comunismo dichos bienes se distribuyen entre los trabajadores
en consonancia con la cantidad y la calidad del trabajo
invertido por cada uno de ellos en la producción
social. En la sociedad burguesa, cuya base económica
radica en la propiedad privada capitalista sobre los medios
de producción, los productos del trabajo se distribuyen
de modo que el capitalista recibe un máximo de ganancias,
y el obrero, el valor básico de conservación
de su fuerza de trabajo (ver). En la sociedad socialista,
donde los medios de producción pertenecen a los productores
mismos, los bienes materiales se distribuyen en interés
de los trabajadores con el fin de que alcancen éstos
un mayor bienestar. Refiriéndose a la sociedad socialista,
Engels escribió: "La distribución, en
cuanto gobernada por razones puramente económicas,
se regulará por el interés de la producción,
y ésta se verá fomentada mayormente por un
régimen de distribución que permita a todos
los miembros de la sociedad desarrollar, mantener y ejercitar,
en el mayor número posible de aspectos, sus capacidades''.
Bajo el socialismo, este modo de distribución sólo
puede ser la distribución con arreglo al trabajo,
pues el nivel dado de las fuerzas productivas y el carácter
mismo del trabajo, que no se ha convertido todavía
en la primera necesidad vital del hombre, no permiten establecer
la distribución a tenor de las necesidades. En estas
condiciones, la distribución según las necesidades
llevaría a abolir el estímulo para incrementar
y perfeccionar la producción, a consumir las riquezas
sociales y a destruir las fuerzas productivas. Tampoco es
posible, en el régimen socialista, establecer una
distribución igualitaria de modo que el producto
se reparta por partes iguales entre los trabajadores independientemente
del grado en que participen en la producción social.
La igualdad en el pago del trabajo es una rémora
para perfeccionar y ampliar la producción, fomenta
entre los trabajadores una actitud de indiferencia ante
el trabajo, ante la economía social, a cuyo desarrollo
causa, por ende, un sensible daño. El modo socialista
de distribución, haciendo depender de la cantidad
y la calidad del trabajo la magnitud de la remuneración,
estimula a los trabajadores a elevar el nivel técnico
de la producción, a mecanizarla y automatizarla,
a introducir una tecnología y una organización
del trabajo progresivas; crea el interés material
de los trabajadores por elevar su preparación, su
nivel cultural y técnico, contribuye a robustecer
la disciplina de trabajo y la tecnológía;
interesando personal y materialmente al trabajador en el
desarrollo de la producción. La distribución
con arreglo al trabajo permite combinar de manera justa
los intereses personales y sociales de los trabajadores.
El régimen socialista, a la par del interés
material, crea asimismo poderosos estímulos morales
para perfeccionar y aumentar la producción, despierta
en los trabajadores el espíritu de emulación,
y el espíritu creador. El interés material
personal y los estímulos morales por el trabajo constituyen
una enorme ventaja del socialismo frente al capitalismo.
La ley de la distribución con arreglo al trabajo
actúa tanto en el sector estatal de la economía
del país como en el cooperativo-koljosiano. No obstante,
las formas en que se manifiesta en uno y otro sector presentan
peculiaridades propias, cosa que se explica por las diferencias
entre las dos formas de propiedad socialista. Los bienes
materiales destinados al consumo no productivo (incluido
el consumo personal) se distribuye, bajo el socialismo,
independientemente (o casi independientemente) de las inversiones
de trabajo de los miembros de la sociedad. Esta distribución
se efectúa a través de los fondos sociales
de consumo (ver). A medida que se avance hacia el comunismo,
el peso específico de dichos fondos aumentará.
En el comunismo completo, cuando las fuerzas productivas
proporcionen la abundancia de bienes materiales y el trabajo
se convierta en la primera necesidad vital de todos los
hombres, la ley de la distribución con arreglo al
trabajo perderá por completo su vigencia y la sociedad
podrá llevar a la práctica el principio: "De
cada uno, según su capacidad a cada uno, según
sus necesidades".
LEY DE LA TENDENCIA DECRECIENTE DE LA CUOTA DE GANANCIA:
Ley económica según la cual la cuota media
de ganancia tiende a disminuir a medida que el capitalismo
se desarrolla. Las causas que dan origen al descenso de
la cuota de ganancia son el crecimiento de la composición
orgánica del capital (ver) y el retardo de la rotación
del capital (ver). El afán de obtener elevadas ganancias
obliga a los capitalistas a aumentar la productividad del
trabajo introduciendo mejoras técnicas, nuevas máquinas
e instalaciones. De este modo se eleva la composición
técnica y orgánica del capital, lo que conduce
al descenso de la cuota general de ganancia. Esta cuota
no disminuye en la proporción en que se eleva la
composición orgánica del capital social, y
a veces no se reduce. Son varios los factores que debilitan
y paralizan la acción de dicha ley, confiriéndole
un mero carácter de tendencia. Contrarrestan el descenso
de la cuota de ganancia: el aumento del grado de explotación
de los obreros, la disminución de los salarios por
debajo del valor de la fuerza de trabajo, la reducción
del valor de los medios de producción gracias al
aumento de la productividad del trabajo, lo que retarda
el crecimiento de la composición orgánica
del capital; la economía en capital constante obtenida
por los capitalistas a costa de la salud y de la vida de
los obreros; el intercambio no equivalente en el comercio
exterior. La ley de la tendencia decreciente de la cuota
de ganancia lleva a una agravación de las contradicciones
del capitalismo. Para obtener ganancias máximas los
capitalistas intensifican la explotación del proletariado
y ello hace que cobre mayor agudeza la contradicción
antagónica entre el proletariado y la burguesía.
En su afán de compensar el descenso de la cuota de
ganancia aumentando las ganancias globales, los capitalistas
amplían el volumen de la producción rebasando
en mucho los límites de la demanda solvente, con
lo que se ahondan las crisis económicas de superproducción.
También se encona la pugna en el seno de la clase
capitalista por la distribución de la masa general
de ganancias. En pos de una ganancia más elevada,
los capitalistas procuran invertir sus capitales en países
poco desarrollados, donde la cuota de ganancia es superior.
La explotación de los trabajadores de los países
poco desarrollados y coloniales agudiza las contradicciones
entre los países industriales avanzados y los de
poco desarrollo en el aspecto económico. La ley de
la tendencia decreciente de la cuota media de ganancia pone
al descubierto la contradicción interna, la limitación
histórica y el carácter transitorio del modo
capitalista de producción, convertido en obstáculo
para el libre desenvolvimiento de las fuerzas productivas.
LEY DEL VALOR:
Ley económica de la producción mercantil,
ley del intercambio equivalente de mercancías de
modo que la producción y el cambio de las mismas
se efectúan a tenor del trabajo socialmente necesaria
invertido en ellas. En la economía mercantil basada
en la propiedad privada, la ley del valor regula espontáneamente
la distribución de los medios de producción
y de trabajo entre las distintas ramas de la economía
nacional. En el régimen de la producción capitalista
simple de mercancías, dicha ley actúa bajo
el imperio de la lucha competitiva y la anarquía
de la producción, a través del mecanismo de
la desviación de los precios respecto al valor. La
ley del valor, "en las proporciones fortuitas y sin
cesar oscilantes de cambio de sus productos, se impone siempre
como ley natural reguladora, al modo como se impone la ley
de la gravedad cuando se le cae a uno la casa encima"
(C. Marx). Las fluctuaciones espontáneas de los precios
en torno al valor obligan a los productores de mercancías
a aumentar o reducir la producción de tales o cuales
mercancías, a orientarse hacia las ramas en que los
precios de las mercancías bajo el influjo de la demanda
creciente, son superiores al valor, y a abandonar las ramas
en que los precios de las mercancías, a consecuencia
del descenso de la demanda, son inferiores al mismo. La
acción espontánea de la ley del valor condiciona
el desarrollo de las fuerzas productivas y el perfeccionamiento
de la producción. Quien produce mercancías
cuyo valor individual supere al valor social, al venderlas
no cubre los gastos y se arruina. Quien aplica nuevas técnicas
y en la producción de la mercancía invierte
menos trabajo en comparación con los gastos socialmente
necesarios se enriquece. Ello incita a los otros productores
de mercancías a elevar el rendimiento del trabajo
mediante nuevos procedimientos técnicos, organizando
mejor la producción y reduciendo los costos. De tal
modo, la ley del valor actúa acentuando la desigualdad
económica y la lucha competitiva entre los productores
de mercancías, conduce a su diferenciación
en capas. La mayor parte de ellos se arruinan y van a engrosar
las filas de los obreros asalariados; una minoría,
se enriquece, aumenta el volumen de la producción
y se convierte en capitalistas. Por la acción de
la ley del valor, la economía mercantil simple se
transforma en economía mercantil capitalista. En
la producción mercantil capitalista desarrollada,
la ley del valor se manifiesta bajo la forma de la cuota
media (general) de ganancia (ver), del precio de producción
(ver). Bajo el imperialismo, la acción de la ley
del valor se hace más compleja y se intensifica su
fuerza destructora a consecuencia del dominio de los monopolios,
de la aparición del precio de monopolio (ver) y de
la elevada ganancia monopolista (ver). Como quiera que en
la sociedad socialista existe la producción mercantil,
la ley del valor actúa. Ahora bien, bajo el socialismo,
el Estado utiliza esta ley, lo mismo que cualquier otra
ley económica, conscientemente y de manera planificada
con vistas a la edificación del comunismo. El Estado
socialista, conociendo la ley del valor, fija conscientemente
los precios de las mercancías partiendo de las inversiones
de trabajo socialmente necesarias para producirlas. El Estado
socialista, utilizando el mecanismo de los precios, puede
influir activamente sobre la actividad económica
de las empresas, sobre sus inversiones individuales de trabajo.
Los precios de las mercancías pueden apartarse del
valor de las mismas, a criterio del Estado. En esto se revela,
en parte, el uso de la ley del valor. Estableciendo precios
que se apartan del valor, el Estado influye sobre las inversiones
individuales con el fin de reducirlas, redistribuye recursos
entre las distintas ramas de la economía nacional.
Constituye un método importantísimo de la
utilización planificada de la ley del valor en la
sociedad socialista, el cálculo económico
(ver). El papel de la ley del valor se eleva, en gran manera,
sobre todo, en el período de la transición
gradual al comunismo. El aprovechamiento acertado de la
ley del valor y de las categorías monetario- mercantiles
con ella relacionadas, (precio, precio de costo, ganancia,
etc.) acelera en buena medida el desarrollo de la sociedad.
El conocimiento a fondo de la ley del valor y su acertada
utilización permiten a la sociedad socialista alcanzar
resultados económicos máximos con inversiones
sociales mínimas de trabajo. Cuando la sociedad pase
a la propiedad comunista única y a la distribución
según las necesidades, las relaciones monetario-mercantiles,
y con ellas la ley del valor, perderán su vigencia
económica y se extinguirán.
LEY ECONÓMICA FUNDAMENTAL DEL CAPITALISMO:
Es la ley, descubierta por Marx, de la producción
y apropiación de la plusvalía; refleja la
relación principal del modo capitalista de producción,
a saber: la de la explotación del trabajo asalariado
por parte del capital. El fin inmediato de la producción
capitalista estriba en crear plusvalía para que de
ella se apropien los capitalistas. "La finalidad constante
de la producción capitalista consiste en crear el
máximo de plusvalía o de plusproducto con
el mínimo de capital desembolsado" (C. Marx).
La ley económica fundamental del capitalismo expresa
la sed insaciable que tienen los capitalistas de trabajo
obrero no remunerado, su afán de aumentar la plusvalía
pone de manifiesto cuál es el motivo propulsor, el
estímulo del crecimiento de la producción
capitalista. Marx indicaba que la producción de plusvalía
o de ganancia constituye una ley absoluta del modo capitalista
de producción. Los medios para alcanzar la finalidad
de la producción capitalista son: ampliarla e intensificar
la explotación del proletariado, empeorar la situación
de este último, arruinar a la masa de los pequeños
productores, subyugar y expoliar a los pueblos de otros
países. La plusvalía se eleva de dos maneras,
a las que se recurre para intensificar el grado de explotación
de la clase obrera produciendo plusvalía absoluta
(ver) y produciendo plusvalía relativa (ver). La
ley de la plusvalía como ley económica fundamental
del capitalismo, mantiene su vigencia a lo largo de todo
el desarrollo del capitalismo. Ahora bien en las diversas
fases del desarrollo capitalista, dicha ley se manifiesta
de manera distinta. En la época del capitalismo premonopolista,
la ley de la plusvalía actuaba como ley de la ganancia
media (general) y de la ganancia extraordinaria. Cuando
ya en el imperialismo, domina el capital monopolista, la
forma mas importante en que se manifiesta y desarrolla la
ley económica fundamental del capitalismo es la de
elevada ganancia monopolista (ver), descubierta por Lenin.
La acción de la ley de la plusvalía hace que
se acentúe la anarquía de la producción
capitalista, que se agudice la lucha competitiva, que empeore
la situación de las masas trabajadoras, que se agrave
la contradicción entre el trabajo y el capital. La
acción objetiva de esta ley del capitalismo hace
más profunda y acerba la contradicción fundamental
del régimen capitalista, lleva inevitablemente a
la sustitución revolucionaria de este régimen
por el modo socialista de producción.
MEDIOS DE PRODUCCIÓN:
Conjunto de medios y objetos de trabajo que participan en
el proceso de producción y que el hombre utiliza
para crear los bienes materiales. Son medios de trabajo
las cosas con que el hombre actúa sobre la naturaleza
y sobre los objetos de trabajo con el fin de producir bienes
materiales. Así, son medios de trabajo las máquinas,
las maquinas-herramientas, el utillaje, los motores, diferentes
aparatos, los edificios e instalaciones destinados a la
producción, los medios de transporte y de comunicación
y la tierra. La función determinante tanto en el
proceso productivo como en el desarrollo de las relaciones
sociales, corresponde a los instrumentos de producción
(maquinaria, instalaciones, etc.). Es objeto de trabajo
todo aquello a que se aplica el trabajo humano todo lo que
es objeto de elaboración con el fin de adaptarlo
al consumo personal y productivo: hulla, menas, petróleo,
gas natural, algodón, lino, lana etc.. Algunos de
los objetos de trabajo nos los proporciona directamente
la naturaleza, otros son productos del trabajo (materiales
en bruto o materias primas). Bajo el capitalismo, los medios
de producción son propiedad privada de los capitalistas
o de los monopolios y constituyen un capital, es decir,
un medio de explotar el trabajo asalariado. Los trabajadores
carecen de tales medios y se ven obligados a vender su fuerza
de trabajo a los capitalistas y a crear para éstos
plusvalía. Bajo el socialismo, los medios de producción
pertenecen a la sociedad, son propiedad social dejan de
constituir un instrumento de explotación del hombre
por el hombre.
MEDIOS DE TRABAJO:
Conjunto de cosas con que el hombre actúa sobre los
objetos de trabajo (ver). Los medios de trabajo se dividen
en dos clases. De ellos, el más importante es el
de los instrumentos de trabajo (instalaciones, maquinaria,
motores, herramientas, dispositivos etc.). Asimismo forman
parte de los medios de trabajo los edificios y las construcciones
destinados a la producción, los ferrocarriles y carreteras,
tuberías, líneas de electricidad, canales,
etc. También son medios de trabajo los utilizados
para el transporte de carga (vagones de mercancías,
plataformas, vagonetas, carretillas, etc.) y recipientes
de diverso tipo para conservar objetos de trabajo (carboneras,
tubos, barricas, cestas, envases, matraces, balones, etc.).
La tierra sirve de medio universal de trabajo.
MODO DE PRODUCCIÓN:
Modo de obtener los bienes materiales necesarios al hombre
para el consumo productivo y personal. El modo de producción
constituye la unidad de las fuerzas productivas (ver) y
de las relaciones de producción (ver). El cambio
del modo de producción origina cambios del régimen
social, sirve de base al desarrollo de las fuerzas productivas
y de las relaciones de producción, de toda la producción
social. Gracias a los conocimientos adquiridos, a la experiencia
y a los hábitos de trabajo, los hombres producen
los bienes materiales, desarrollan las fuerzas productivas,
que muestran el grado en que el hombre domina a la naturaleza.
El nivel de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas
determina el carácter de las relaciones de producción.
Las relaciones de producción o relaciones económicas,
es decir, las que se establecen entre los hombres en el
proceso de producción de los bienes materiales, influyen
a su vez activamente sobre las fuerzas productivas, facilitando
u obstaculizando su desarrollo. Si las relaciones de producción
corresponden al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas,
como ocurre, por ejemplo, bajo el socialismo éstas
se desarrollan sin obstáculos. En cambio, cuando
las relaciones de producción dejan de corresponder
al nivel de las fuerzas productivas, como es el caso en
el capitalismo contemporáneo frenan el progreso de
dichas fuerzas, se convierten en una traba, y se hace necesario
sustituir el modo de producción caduco por otro nuevo,
que corresponda al nivel más elevado de las fuerzas
productivas. Este cambio de un modo de producción
por otro se efectúa por vía revolucionaria.
El fundamento económico de las revoluciones sociales
se pone al descubierto gracias a una ley económica
general: la ley de la correspondencia entre las relaciones
de producción y el carácter de las fuerzas
productivas (ver), descubierta por Marx. El papel decisivo
en el sistema de las condiciones materiales de vida de la
sociedad corresponde al modo de producción de los
bienes materiales. Según sea el modo de producción,
tal será en lo fundamental la sociedad misma -sus
ideas, sus teorías, las concepciones y las instituciones
políticas. La historia conoce cinco modos de producción
que se han sucedido desde el nacimiento de la sociedad humana:
el de la comunidad primitiva, el esclavista, el feudal,
el capitalista y el comunista.
MODO CAPITALISTA DE PRODUCCIÓN:
Modo de producción de los bienes materiales basado
en la propiedad privada capitalista sobre los medios de
producción y en la explotación del trabajo
asalariado. El régimen capitalista sustituyó
al modo feudal de producción (ver). Constituye una
organización social dividida en dos clases fundamentales,
cuyos intereses son diametralmente opuestos: la clase de
los capitalistas, propietarios de los medios de producción,
y la clase de los proletarios, carentes de propiedad y de
medios de subsistencia, por lo que, ante la amenaza del
hambre, se ven obligados a vender constantemente su fuerza
de trabajo a los capitalistas. El capitalismo es la ultima
formación económico-social basada en la propiedad
privada y en la explotación del hombre por el hombre.
Su ley económica cardinal, su hierra motriz y su
principal estímulo radican en la producción
y en la apropiación de la plusvalía, que tiene
como fuente el trabajo no retribuido de los obreros asalariados.
En comparación con el feudalismo, el modo capitalista
de producción es más progresivo, pues ha elevado
a un nivel superior el desarrollo de las fuerzas productivas
de la sociedad, ha aumentado sensiblemente la productividad
del trabajo social, ha llevado a cabo en proporciones inmensas
la socialización del trabajo y de la producción,
ha incrementado en gran medida el volumen de la producción
y ha elevado su nivel técnico. Después de
desarrollar hasta dimensiones antes nunca vistas las fuerzas
productivas sociales, el régimen capitalista, en
virtud de las contradicciones internas antagónicas
que le son inherentes, de sus vicios y lacras, ha condenado
a una gran parte da la sociedad, a los trabajadores, a la
ruina y a la miseria, pues son fundamentalmente los capitalistas
quienes se apropian de todos los beneficios que origina
el incremente de la producción social. La economía
capitalista se halla regulada por leyes económicas
espontáneas, se desarrolla de manera anárquica,
se ve alterada por las crisis económicas de superproducción
(ver); en su afán de ganancias los capitalistas sostienen
entre si una enconada lucha competitiva. El crecimiento
de la concentración y de la centralización
del capital hace que éste se socialice, que en un
polo se acumulen las riquezas, y en otro empeore la situación
del proletariado y se arruinen los pequeños productores.
La contradicción fundamental del modo capitalista
de producción es la que se da entre el carácter
social de la producción y la forma capitalista privada
de apropiación. Esta contradicción principal
del capitalismo -la contradicción entre el carácter
social de la producción y la forma capitalista privada
de apropiación-, hace que la demanda solvente de
la sociedad quede rezagada de la ampliación de la
producción y conduce periódicamente a destructoras
crisis económicas. A su vez las crisis y los períodos
de estancamiento industrial arruinan todavía más
a los pequeños productores, aumentan la dependencia
en que el trabajo asalariado se encuentra del capital, conducen
aun más rápidamente a la depauperación
relativa, y a veces absoluta, de la clase obrera".
Durante las crisis económicas, tiene lugar una destrucción
en masa de las fuerzas productivas, se debilita la fuerza
productiva fundamental de la sociedad: los trabajadores,
se incrementa en grandes proporciones la desocupación,
masas enormes de personas son arrancadas del trabajo productivo,
una gran parte de las instalaciones de las empresas capitalistas
quedan sin utilizar, no funcionan, y a veces son objeto
de destrucción física. A medida que el capitalismo
se va desarrollando, se eleva el grado de explotación
de la clase obrera, se agudizan todas las contradicciones
del modo capitalista de producción, se intensifica
y se hace cada vez más enconada la lucha de clases.
Estas contradicciones se ahondan y adquieren singular agudeza
al transformarse el capitalismo en imperialismo (ver), sobre
todo en el período de la crisis general del capitalismo
(ver). El dominio del capital monopolista en la economía
y en la política de los países capitalistas
agudiza hasta limites extremos los conflictos de clase y
económicos del régimen capitalista. La tendencia
a la descomposición y el parasitismo, la creciente
desigualdad en el desarrollo económico y político
de los países capitalistas en la época del
imperialismo y de la crisis general del sistema capitalista
de economía, debilitan aun más las bases del
modo capitalista de producción. El capitalismo no
está en condiciones de dominar las fuerzas productivas
creadas por él mismo, que han rebasado las relaciones
capitalistas de producción, las cuales se han convertido
en grilletes para el libre crecimiento ulterior de aquéllas.
Históricamente, el capitalismo moderno ha dado ya
de si cuanto podía dar y ha de ser sustituido por
un régimen más progresivo: el socialista.
En las entrañas de la sociedad burguesa, en el proceso
del desarrollo de la producción capitalista se crean
las premisas materiales objetivas para pasar al socialismo.
Bajo el capitalismo, crece, se cohesiona y se organiza la
clase obrera que, en alianza con los campesinos y al frente
de todos los trabajadores, constituye una poderosa fuerza
social capaz de derrocar al caduco régimen capitalista
y sustituirlo por el socialismo. Por primera vez en la historia
de la humanidad, el régimen capitalista de producción
fue destruido en Rusia, en China y otros países gracias
a la victoria de la Revolución Socialista, bajo la
dirección del Partido Comunista.
MODO COMUNISTA DE PRODUCCIÓN:
Modo de producción de los bienes materiales basado
en la propiedad comunista de todo el pueblo sobre los medios
de producción, en fuerzas productivas desarrolladas
omnilateralmente, que aseguran la abundancia de bienes de
consumo y su distribución según las necesidades.
El modo comunista de producción se va estableciendo
en el proceso de la edificación del socialismo (ver)
y del comunismo (ver), fases respectivamente inferior y
superior de la sociedad comunista. La creación de
fuerzas productivas altamente desarrolladas, indispensables
para obtener la abundancia de productos y pasar a la aplicación
del principio comunista de la distribución es inconcebible
sin transformaciones cualitativas de todos los factores
materiales humanos de la producción. Ello significa,
ente todo, construir la base material y técnica de
la sociedad, basada en el amplio establecimiento de procesos
productivos automáticos en todas las ramas de la
economía nacional, con la consiguiente eliminación
del trabajo manual, poco productivo; significa alcanzar
un rendimiento superior del trabajo social. En la esfera
de los objetos de trabajo, significa que se ha obtenido
una producción en masa de nuevos y excelentes tipos
de materias primas y materiales sintéticos, no sólo
análogos a los que la naturaleza proporciona ya preparados,
sino con propiedades previamente fijadas. En la esfera de
la mano de obra, presupone la aparición de un nuevo
tipo de trabajador que combinará armónicamente
la actividad intelectual y la física. Constituye
una peculiaridad esencial de todo el proceso de creación
de fuerzas productivas desarrolladas en un sentido comunista,
el introducir ampliamente en la economía nacional
los resultados de la ciencia de vanguardia, convertida en
una fuerza productiva directa de la sociedad. Sobre la base
y bajo el activo influjo del omnilateral desarrollo de las
fuerzas productivas, tiene lugar el proceso de perfeccionamiento
de las relaciones de producción socialistas en todo
su conjunto, así como su gradual transformación
en relaciones comunistas. Este proceso sigue tres direcciones
fundamentales: en primer lugar tiende a la fusión
de las dos formas de propiedad social en una propiedad única,
comunista; en segundo lugar, tiende a superar las diferencias
de clase entre los obreros y los campesinos, a eliminar
las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo, así
como las diferencias culturales y técnicas en la
esfera del trabajo; en tercer lugar, tiende a combinar racionalmente
el principio de la remuneración según el trabajo
con el de la distribución gratuita a cuenta de los
fondos sociales de consumo, hasta llegar a la total distribución
según las necesidades. El modo comunista de producción
es fruto de la obra creadora de millones de trabajadores,
y cuanto más elevada sea la conciencia de estos últimos,
cuanto más plena y amplia sean su actividad y su
hacer creador, tanto más rápidamente avanzan
el progreso económico y social de la sociedad, con
tanto mayor éxito se irá estableciendo la
economía comunista.
MODO DE PRODUCCIÓN DE LA COMUNIDAD PRIMITIVA:
Primer modo de producción (ver) en la historia de
la humanidad. La base de sus relaciones de producción
era la propiedad colectiva de cada comunidad (ver) sobre
los medios de producción, tipo de propiedad que correspondía
a las fuerzas productivas primitivas, sin desarrollar. La
debilidad del hombre aislado y la imposibilidad de producir
y luchar con la naturaleza individualmente requerían
que la propiedad sobre los medios de producción y
el trabajo fuesen colectivos. La cooperación simple
de los hombres primitivos aparecía como una nueva
fuerza productiva. El trabajo del hombre no creaba excedentes
por encima del mínimo vital necesario, la distribución
de los productos era igualitaria. En consecuencia, no se
daban ni la desigualdad de bienes, ni las clases ni la explotación
del hombre por el hombre, no había Estado. En el
desarrollo del modo de producción de la comunidad
primitiva, que representa el período más largo
de la historia de la humanidad, se distingue la época
de la horda primitiva, durante la cual el hombre aprendió
a hacer sencillísimos instrumentos de piedra y a
obtener el fuego. Al incrementarse las fuerzas productivas,
surgió la división natural del trabajo por
el sexo y la edad. La horda primitiva pasa a ser la organización
gentilicia de la sociedad. La gens constituía un
grupo de hombres que constaba, al principio, de unas decenas
de individuos enlazados por vínculos de parentesco
consanguíneo en línea materna. En determinada
fase, fue la mujer la que ocupó una situación
dominante en la comunidad gentilicia (matriarcado); sin
embargo, en el decurso del ulterior desarrollo de la economía
y de la familia la situación dominante pasó
al hombre (patriarcado). Varias gens se unían en
una tribu. El progreso de la ganadería, de los oficios
y de la agricultura condujo al nacimiento de la división
social del trabajo (ver), y, en relación con ello,
a la aparición del cambio (ver). El perfeccionamiento
gradual de los instrumentos de trabajo, la división
del trabajo y el cambio incrementaron la productividad,
lo cual permitió obtener medios de subsistencia con
el trabajo individual en haciendas familiares. Ello condujo
a la descomposición de la gens y a la aparición
de la comunidad de vecinos. El nacimiento y desarrollo de
la propiedad privada engendró la desigualdad de bienes
y, en último término, dio origen a la explotación,
o sea, a que unos hombres se adueñaran de los productos
del trabajo de otros hombres. Se dejó de matar a
los prisioneros y se les convirtió en esclavos. El
nacimiento de la esclavitud provocó la descomposición
total de la comunidad primitiva. Aparecen la primera división
de la sociedad en clases y el Estado. El modo de producción
de la comunidad primitiva en distintos pueblos y en dependencia
de las condiciones históricas concretas, cedió
su lugar al modo esclavista de producción (ver) o
al modo feudal de producción (ver).
MODO ESCLAVISTA DE PRODUCCIÓN:
Primer modo de producción basado en la explotación
que aparece en la historia; surge por descomposición
del régimen de la comunidad primitiva. El modo esclavista
de producción alcanzó su máximo desarrollo
en la Grecia antigua y, sobre todo, en la Roma clásica.
No todos los pueblos, sin embargo, han pasado por ese modo
de producción en su desenvolvimiento histórico.
En el régimen esclavista, las relaciones de producción
se basaban en la propiedad de los dueños de esclavos
sobre los medios de producción y sobre los esclavos
considerados como “instrumentos parlantes” sin
derecho alguno y sujetos a explotación cruel. El
trabajo del esclavo, que tenía un carácter
abiertamente coercitivo, se aplicaba en gran escala en los
latifundios y la producción artesanal. El dueño
disponía no sólo del trabajo, sino también
de la vida del esclavo. En la época en que se forma
el régimen esclavista, la sociedad se divide en dos
clases fundamentales: los señores esclavistas y los
esclavos. Para mantener el dominio de los primeros se estructura
un aparato de violencia y coerción, el Estado esclavista.
En dicha sociedad, al lado de las clases fundamentales,
existían campesinos libres, artesanos y mercaderes.
Los contingentes de esclavos se nutrían sobre todo
mediante las guerras y, parcialmente, con los campesinos
y artesanos que se arruinaban. En lo fundamental, la economía
presentaba un carácter cerrado, natural, pero aumentó
la división del trabajo y el cambio, y ello dio origen
a la producción mercantil. La explotación
de una importante masa de esclavos creaba el plusproducto
(ver), lo cual permitió a la capa alta esclavista
liberarse del trabajo físico en la producción
material —trabajo que empezó a ser considerado
como ocupación indigna de un hombre libre-—
y a dedicarse al gobierno, a la política, a la ciencia
y al arte. Surge de este modo la oposición entre
el trabajo físico y el trabajo intelectual (ver)
y nace asimismo la oposición entre la ciudad y el
campo (ver). El modo esclavista de producción era
progresivo en comparación con el régimen de
la comunidad primitiva, dado que la esclavitud hacia posible
un mayor desarrollo de la producción. Sin embargo,
con el tiempo el régimen esclavista se convirtió
en un freno para el desarrollo de la sociedad. Los esclavos
no estaban interesados por el resultado de su labor. Bajo
la esclavitud se empleaban sólo instrumentos primitivos
y la productividad del trabajo seguía siendo baja.
Se explotaba a los esclavos de manera tan cruel que su vida
era corta, y las fuentes que permitían completar
los efectivos necesarios se agotaron. El régimen
esclavista entró en el período de crisis.
Lo cuarteaban las sublevaciones de los esclavos y la lucha
de los campesinos libres contra los dueños de esclavos.
El hundimiento del modo esclavista de producción
se aceleró debido a los ataques desde el exterior
y su puesto fue ocupado por el modo feudal de producción
(ver).
MODO FEUDAL DE PRODUCCIÓN:
Mdo de producción de los bienes materiales basada
en la propiedad feudal sobre la tierra y la propiedad parcial
sobre los trabajadores -campesinos siervos-, así
como en la explotación de estos últimos por
parte de los señores feudales. El feudalismo surgió
como resultado de la descomposición del régimen
esclavista y, en algunos países, del régimen
de la comunidad primitiva. Lenin, al caracterizar el modo
feudal de producción, destaca los siguientes rasgos
fundamentales: 1) dominio de la economía natural,
2) concesión de medios de producción y de
tierra al productor directo, y en particular fijación
del campesino a la tierra, 3) dependencia personal del campesino
respecto al terrateniente (coerción extraeconómica),
4) estado extraordinariamente bajo y rutinario de la técnica.
En las condiciones del modo feudal de producción,
la clase dominante es la de los terratenientes en la persona
de la nobleza y del clero. La propiedad sobre la tierra
era la base para obtener trabajo o productos no remunerados.
El trabajo adicional no remunerado del productor directo
(campesino siervo) o el producto obtenido mediante dicho
trabajo y del que se apropian los dueños de la tierra
por medio de la coerción extraeconómica se
llama renta feudal del suelo (ver). La producción
artesanal y el comercio se concentraban en las ciudades
y se organizaban bajo la forma de gremios de artesanos y
corporaciones de mercaderes. En el régimen feudal
existían dos clases principales: los señores
feudales y los campesinos. Correspondía un gran papel
a la Iglesia, que era un gran terrateniente feudal y ejercía
una sensible influencia sobre todo el régimen social
del feudalismo. A lo largo de toda la época feudal
existió una lucha de clases entre explotadores y
explotados. Esta lucha se reflejó, en particular,
en las sublevaciones campesinas: la de Wat Tyler en Inglaterra
(1381), la Jacquerie en Francia (1358), la guerra campesina
en Alemania (1524-1525), las guerras acaudilladas por I.
Bolotnikov (1606-1607), S. Razin (1670-1671) y E. Pugachov
(1773-1775) en Rusia, y otras. El desarrollo de las fuerzas
productivas en las entrañas del feudalismo constituyó
la base material de la formación de las relaciones
capitalistas y su consolidación. El proceso de la
acumulación originaria del capital (ver) aceleró
la preparación de las condiciones materiales para
que vencieran las relaciones capitalistas de producción.
El modo feudal de producción se suprimió como
resultado de las revoluciones burguesas, que le asestaron
un golpe demoledor.
MONOPOLIO CAPITALISTA:
Convenio, unión o agrupación de capitalistas
que concentran en sus manos una gran parte de la producción
y de la venta de mercancías con el fin de asegurarse
elevadas ganancias monopolistas. Surge el monopolio cuando
la producción y el capital alcanzan un elevado nivel
de concentración. Al convertirse el capitalismo premonopolista
en imperialismo (ver), a finales del siglo XIX y comienzos
del XX, los monopolios capitalistas empezaron a influir
de manera decisiva en la economía y en la política
de los países capitalistas. Las formas más
simples de monopolio son los "corners", "rings",
"pools" y convenciones todos ellos asociaciones
fundadas en acuerdos a corto plazo concernientes sobre todo
a la esfera de la circulación; se dedican a la compra
de ciertas mercancías con el fin de revenderlas a
precios más elevados y obtener ganancias monopolistas
y dejan de existir al vencer el plazo del acuerdo. Constituyen
formas más desarrolladas de monopolio, los cártels,
los trusts y los consorcios. Los capitalistas que forman
parte de un cártel y producen artículos homogéneos,
con el fin de obtener superganancias se reparten los mercados
de venta, establecen de común acuerdo altos precios
de monopolio, mas conservan la independencia comercial y
de producción. Los trusts unifican la actividad comercial
y productiva de las empresas. Los capitalistas que entran
en el trust pasan a ser socios o accionistas del mismo y
se subordinan a una dirección única. Los consorcios
abarcan conjuntos de empresas heterogéneas, compañías
enteras en diversas esferas de la economía sobre
la base de la dependencia general respecto a un determinado
grupo de la oligarquía financiera (ver). En el período
del tránsito al imperialismo, en los países
capitalistas de Europa Occidental se dieron como característicos
los cártels y en los Estados Unidos alcanzaron además,
amplio desarrollo los trusts y consorcios. En la actualidad,
en todos los países capitalistas los trusts y los
consorcios constituyen las formas de monopolio dominantes.
Con el fin de obtener elevadas ganancias, los monopolios
utilizan al Estado burgués, convertido en comité
de administración de la burguesía monopolista
(ver Capitalismo monopolista de Estado). En el seno de los
monopolios y entre ellos, se sostiene una encarnizada lucha
competitiva por obtener elevadas ganancias monopolistas.
Con frecuencia ello conduce a la desintegración de
las agrupaciones monopolistas a la absorción de los
débiles por los monopolistas más fuertes.
El dominio de los monopolios acentúa la anarquía
de la producción capitalista, destaca más
aun el parasitismo y la descomposición del capitalismo,
ahonda las crisis económicas agudiza la lucha de
clases en la sociedad burguesa así como el movimiento
de liberación nacional de los pueblos coloniales
y dependientes contra el imperialismo. Por otra parte, los
monopolios capitalistas socializan en alto grado el trabajo
y la producción en el marco de la propiedad privada
capitalista sobre los medios de producción con lo
cual preparan las premisas objetivas de la revolución
socialista (ver "Integración", Uniones
monopolistas de Estado internacionales).
NEOCOLONIALISMO:
Política de los estados imperialistas basada en el
predominio de los capitales sobre los países débilmente
desarrollados en el aspecto económico con el fin
de mantener el sistema colonial del imperialismo. Lenin
indicó que "el capital financiero y su correspondiente
política internacional ... crean toda una serie de
formas de transición de dependencia estatal".
Lo característico del fenómeno estriba en
la variedad de formas de "países dependientes,
política y formalmente independientes, pero en realidad
envueltos en las redes de la dependencia financiera y diplomática".
Para alcanzar los fines indicados los imperialistas establecen
diferentes tipos de dependencia económica y política.
Organizan bloques político-militares agresivos (O.
T . A. N., S.E.A.T.O., C.E.N.T.O. y otros) que actúan
en calidad de colonizadores en grupo; sostienen una política
de expansión económica (empréstitos
imperialistas, intercambio no equivalente, "ayuda técnica");
organizan la intervención directa en los asuntos
internos de los estados jóvenes, ejercen una acción
ideológica sobre las masas, dedicando lugar especial
al anticomunismo. Al socaire de la "ayuda", procuran
mantener, en los países liberados del imperialismo,
las viejas posiciones y ocupan otras, amplian sus puntos
de apoyo social, atraen a la burguesía nacional,
implantan regímenes militares despóticos,
asientan en el poder a títeres sumisos. A la política
neocolonialista de las potencias imperialistas, se opone
la creciente fuerza del movimiento de liberación
nacional apoyado por los países socialistas.
OBJETO DE TRABAJO:
Cosa o conjunto de cosas que el hombre elabora, en el proceso
de producción con los instrumentos de trabajo. Los
objetos de trabajo pueden ser de dos tipos: a) materiales
extraídos directamente de la naturaleza circundante
(materia bruta) y convertibles en producto (hulla y mineral
extraídos en las minas, peces en los depósitos
naturales de agua); b) materiales sometidos a una elaboración
previa; éstos se denominan materia prima (por ejemplo,
el hilo en la industria textil, los metales o plásticos
en las empresas de construcción de maquinaria, etc.)
Los objetos de trabajo que la naturaleza proporciona, después
de pasar por varios estadios de elaboración adquieren
la forma de producto acabado. Los objetos de trabajo que
forman la base material del producto se denominan materiales
fundamentales, y los objetos de trabajo que facilitan el
proceso mismo del trabajo o se añaden a las materias
fundamentales para conferirles determinadas propiedades
constituyen los materiales auxiliares. A medida que la producción
se desarrolla, el número de objetos de trabajo se
amplia constantemente. Los nuevos tipos de materiales y
de combinaciones químicas (por ejemplo, los polímeros,
los semiconductores etc.) desempeñan una función
revolucionadora en el desarrollo de muchas ramas de la economía.
Para crear nuevos objetos de trabajo, adquiere singular
importancia la industria química, que permite obtener
materiales y materias primas con propiedades establecidas
de antemano, Los objetos de trabajo y los medios de trabajo
(ver), en su conjunto, constituyen los medios de producción
(ver).
PLUSVALÍA:
Valor no pagado al obrero asalariado que supera el valor
de su fuerza de trabajo y del que se apropia gratuitamente
el capitalista. La plusvalía expresa la esencia y
la particularidad de la forma capitalista de explotación,
en la que el plusproducto (ver) adquiere la forma de plusvalía.
Después de descubrir la esencia de la categoría
económica de la mercancía fuerza de trabajo,
Marx resolvió lo que no había podido resolver
toda la economía política que le precedió,
descubrió la fuente real que da origen a la plusvalía,
puso al descubierto la naturaleza de la explotación
capitalista, oculta tras las relaciones mercantiles. Al
organizar la producción, el capitalista desembolsa
una determinada suma de dinero para adquirir medios de producción
y para comprar fuerza de trabajo sin perseguir más
que un objetivo: obtener un excedente de valor sobre la
cantidad de dinero inicial anticipada por él, es
decir: obtener plusvalía. La plusvalía no
puede ser resultado de un cambio no equivalente, dado que
la compra y venta de mercancías se efectúa
sobre la base de la ley del valor. Tampoco pueden ser fuente
de plusvalía los medios de producción (capital
constante), dado que no crean nuevo valor, sino que tan
sólo transfieren el suyo al nuevo producto creado.
En cambio, la particularidad específica de la mercancía
fuerza de trabajo estriba en que posee la facultad de crear
un nuevo valor en el proceso de su consumo, es decir, en
el proceso del trabajo, con la particularidad de que dicho
nuevo valor es mayor que el de la propia fuerza de trabajo.
El capitalista logra estos fines obligando al obrero a trabajar
más allá del tiempo necesario para reproducir
el valor de su faena de trabajo. De esta suerte, el trabajo
del obrero asalariado es la única fuente de plusvalía.
Se aumenta la plusvalía extrayendo plusvalía
absoluta (ver) y relativa (ver). Ambos métodos llevan
al crecimiento de la cuota de plusvalía (ver), que
muestra el grado de explotación de los trabajadores.
La sed de acumulación, bajo el capitalismo, no tiene
limites. Los capitalistas procuran ampliar incesantemente
la producción poniendo para ello en circulación
la plusvalía creada por los obreros. Ampliando la
producción -lo cual va acompañado de un aumento
del número de obreros asalariados sometidos al yugo
de la explotación capitalista- y elevando la cuota
de explotación, la clase de los capitalistas se apropia
de una masa de plusvalía cada vez mayor. Por consiguiente,
la acumulación del capital lleva a un aumento de
la riqueza de la clase de los capitalistas, a intensificar
la explotación de la clase obrera, al empeoramiento
de la situación de dicha clase (ver Ley general de
la acumulación capitalista). En el proceso de realización
y distribución, la plusvalía se divide en
ganancia (ver) obtenida por los empresarios industriales
y comerciales, interés (ver), que perciben los banqueros,
y renta (ver), que se embolsan los terratenientes. Al crear
la teoría, auténticamente científica,
de la plusvalía, Marx hizo un profundo análisis
de las relaciones de clase de la sociedad burguesa, puso
al descubierto la base económica del antagonismo
entre el proletariado y todas las clases explotadoras de
la sociedad burguesa. Lenin llamó a la teoría
de la plusvalía piedra angular de la doctrina económica
de Marx. El desarrollo del capitalismo cuyo principal motor
es la sed de lucro, la obtención de plusvalía,
conduce inevitablemente a que se agrave la contradicción
fundamental del capitalismo, o sea la contradicción
entre el carácter social de la producción
y la forma capitalista privada de la apropiación
de los resultados del trabajo; conduce a que se agudicen
las contradicciones de clase y, como consecuencia, el inevitable
cambio revolucionario del capitalismo por un modo de producción
nuevo, más progresivo: el socialismo.
PLUSVALÍA ABSOLUTA:
Es la obtenida mediante la prolongación de la jornada
de trabajo (ver), uno de los procedimientos de que se valen
los capitalistas para intensificar la explotación
de los obreros. La creación de plusvalía absoluta
constituye la base general del sistema de explotación
capitalista, dado que es condición ineludible de
dicho sistema el prolongar la jornada laboral más
allá del tiempo de trabajo necesario (ver). El método
de la plusvalía absoluta alcanzó su máxima
difusión en los estadios iniciales del capitalismo,
cuando en las empresas predominaba aún el trabajo
manual. La clase obrera, con su tenaz lucha por la reducción
de la Jornada de trabajo, logró que, por ley, se
limitara considerablemente en los países capitalistas
avanzados. Hoy, la burguesía monopolista procura
obtener plusvalía absoluta recurriendo en gran escala
a los trabajos realizados en horas suplementarias, estableciendo
una jornada de trabajo extraordinariamente prolongada para
gran parte de los obreros, sobre todo en los países
coloniales y en los económicamente dependientes.
PLUSVALÍA RELATIVA:
Plusvalía que surge intensificando el trabajo por
medio de la tecnología en consecuencia disminuyendo
el tiempo de trabajo necesario (ver) y aumentando el tiempo
de trabajo adicional como resultado de la mayor productividad
del trabajo. Cuando apareció y se desarrolló
la gran industria maquinizada resultó posible aumentar
la plusvalía incrementando la productividad del trabajo.
La producción de plusvalía relativa (ver)
es otro medio de aumentar el grado de esta explotación.
La plusvalía relativa, incrementa el consumo de trabajo
por unidad de tiempo; por consiguiente, eleva la cantidad
de trabajo sin retribuir que el capitalista se apropia.
La obtención de plusvalía relativa constituye
uno de los métodos para aumentar el grado de explotación
de los obreros (ver Plusvalía absoluta). La plusvalía
relativa se obtiene a costa del crecimiento de la productividad
del trabajo en las ramas que producen medios de subsistencia
para los obreros. El incremento de la productividad del
trabajo en estas ramas disminuye el valor de los medios
de subsistencia necesarios para reproducir la fuerza de
trabajo (ver), lo cual conduce a una reducción del
tiempo de trabajo necesario. Con esto, el obrero no gana
nada, pues la ganancia, que se eleva a consecuencia del
aumento de la productividad del trabajo, pertenece a los
capitalistas. Manteniéndo invariable la duración
de la jornada de trabajo, la disminución del tiempo
de trabajo necesario aumenta el tiempo de trabajo adicional
y, en consecuencia, crece el grado de explotación
de los obreros. De este modo, la producción de plusvalía
relativa aumenta la cuota de plusvalía y el grado
de explotación de los obreros. En la actualidad,
la producción de plusvalía relativa va no
sólo unida a la reducción del valor de la
fuerza de trabajo, sino, además, a un empeoramiento
de la situación de los obreros. Dado el constante
paro forzoso masivo éstos se ven obligados a trabajar
por un salario sensiblemente inferior al valor de la fuerza
de trabajo. Constituye una variedad de la plusvalía
relativa la plusvalía extraordinaria (ver).
PRECIO:
Expresión en dinero del valor de la mercancía.
El valor, es decir, las inversiones socialmente necesarias
de trabajo, materializado en tal o cual mercancía,
sólo puede expresarse indirectamente a través
del valor de otra mercancía. El precio de una mercancía
indica que en ella se encuentra materializado una cantidad
de trabajo socialmente necesario representado por una suma
de dinero. Los precios de las mercancías pueden subir
o bajar por el cambio de valor de las mercancías
y por el cambio de valor del material monetario. Aunque
en la base del precio se halla el valor, el precio de cada
mercancía por separado no ha de coincidir obligatoriamente
con el valor. Por influjo de la demanda y de la oferta,
los precios se apartan del valor en más o en menos.
Ahora bien, en escala de la sociedad, la suma de los precios
de toda la masa de mercancías es igual a la suma
de los valores. En la fluctuación de los precios
en torno al valor y en la igualdad final entre la suma de
los precios y la suma de los valores, encuentra su manifestación
la ley del valor. El precio es la manifestación de
la ley del valor. El valor es la ley de los precios, es
decir, la expresión generalizada del fenómeno
del precio" (V. I. Lenin). En la economía basada
en la propiedad privada sobre los medios de producción
los precios se establecen en el curso de la lucha competitiva
bajo la presión de leyes económicas espontáneas.
Mientras que en la producción mercantil simple los
precios fluctúan en torno al valor, en la economía
capitalista donde las mercancías se cambian como
productos de los capitales, el precio de mercado oscila
en tomo al precio de producción (ver), forma transfigurada
del valor. Bajo el imperialismo dominan los precios de monopolio
(ver). En el régimen capitalista, la categoría
de precio, en manos de las clases explotadoras y su Estado,
constituye un instrumento más para explotar y depauperar
a los trabajadores, para mantener la política imperialista
de expoliación de los países débilmente
desarrollados y la lucha competitiva de los monopolios con
miras a la obtención de elevadas ganancias. En la
sociedad socialista, la categoría de precio y el
proceso de formación de los precios, poseen un carácter
distinto por principio del que tienen en la sociedad capitalista.
En la base de la formación de los precios, bajo el
socialismo, se encuentra la utilización planificada,
por parte del Estado, de las leyes económicas del
socialismo, ante todo de la ley del valor (ver), de la ley
económica fundamental y de otras leyes. Los precios
planificados están llamados a cumplir una doble función:
en primer lugar, asegurar una expresión suficientemente
exacta de las inversiones sociales de trabajo (de valor)
y, en segundo lugar, a servir como instrumento de redistribución
de la renta nacional entre las ramas, empresas, economías
y, parcialmente, entre la población con miras al
desarrollo acelerado de la economía socialista.
PROLETARIADO:
Clase formada por los obreros asalariados de la sociedad
capitalista; carecen de propiedad sobre los medios de producción
y, por ello, están, obligados a vender su fuerza
de trabajo (ver) a los capitalistas. En el proceso de producción
el proletariado crea la plusvalía, que es la fuente
del enriquecimiento de la burguesía, segunda clase
fundamental de la sociedad capitalista. Su explotación
por la burguesía origina contradicciones irreconciliables
entre ellos, y la lucha de clases. El proletariado ligado
a la gran producción maquinizada, es la única
clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista
y esta llamada a encabezar a todos los trabajadores en la
lucha contra el capitalismo a convertirse en el sepulturero
del régimen capitalista y en el creador del comunismo.
Al luchar por emanciparse de la explotación capitalista,
el proletariado forja sus organizaciones de clase, cuya
forma superior son los partidos comunistas. Los partidos
comunistas dirigen la lucha de clase del proletariado lucha
que se sostiene en la esfera económica, política
e ideológica y para ello se apoyan en la teoría
marxista-leninista y el pensamiento Mao Tse-tung. A medida
que el capitalismo se desarrolla, la lucha clasista del
proletariado adquiere carácter internacional y crea
las condiciones para que los proletarios de todos los países
se unan, para que se establezcan entre ellos lazos de solidaridad
En la lucha contra la burguesía, el proletariado
actúa como dirigente de todas las masas oprimidas
y explotadas de la sociedad capitalista. Cumpliendo su misión
histórico - mundial, el proletariado, por medio de
la revolución socialista pone fin al dominio de la
burguesía y de los terratenientes suprime la propiedad
capitalista sobre los medios de producción e instaura
la propiedad socialista. Vencedor en la revolución,
el proletariado establece su dictadura, cuyo principio supremo
es el de la alianza con el campesinado. La dictadura del
proletariado es el arma fundamental para la edificación
del socialismo. Con la victoria de la revolución
socialista cambian la situación y el papel del proletariado
en la sociedad: éste deja de ser una clase oprimida
y se convierte en clase obrera liberada de todo yugo y explotación,
dueña -junto con los demás trabajadores de
la sociedad socialista- de las riquezas todas del país.
La clase obrera es la única clase de la historia
que no aspira a perpetuar su dictadura. Una vez asegurada
la victoria plena y definitiva del socialismo y el paso
de la sociedad soviética a la edificación
del comunismo en todos los frentes, y a nivel mundial, la
dictadura del proletariado cumplido su misión histórica
deja de ser necesaria, mientras esto no ocurra sigue siendo
el eje sobre el cual gira el socialismo para impedir su
regresión al capitalismo.
PROPIEDAD SOCIALISTA:
Propiedad social sobre los instrumentos y medios de producción,
base económica del socialismo. Surge como resultado
de la revolución socialista por medio de la socialización
de la propiedad privada capitalista y por la transformación,
en consonancia con los principios socialistas, de la pequeña
propiedad privada de trabajo (ver Nacionalización
Socialista). La propiedad social se consolida y se multiplica
en el proceso de la reproducción socialista ampliada.
El dominio de la propiedad socialista pone fin a la explotación
del hombre por el hombre, lo libera de todas las formas
de opresión y de dependencia social, ofrece amplias
posibilidades para el desarrollo planificado y sin obstáculos
de la producción social, para el incremento incesante
de la productividad del trabajo social, para elevar el bienestar
del pueblo y para el libre desenvolvimiento de la personalidad
de cada trabajador. En la fase socialista ese tipo de propiedad
presenta dos formas: la de propiedad de todo el pueblo estatal,
y la de propiedad cooperativo-koljosiana. La existencia
de las dos formas de propiedad socialista se halla condicionada,
en primer lugar, por el hecho de que el socialismo, como
fase primera e inferior de la sociedad comunista, proviene
directamente del capitalismo, donde el nivel de las fuerzas
productivas y de la productividad del trabajo no es aún
suficientemente alto, y en segundo lugar, porque la clase
obrera y el campesinado van al socialismo y al comunismo
por caminos que poseen sus peculiaridades y diferencias.
Lo que estas dos formas de propiedad socialista tienen de
común y de decisiva trascendencia estriba en que
tanto en las empresas del Estado como en las cooperativo-koljosianas
los medios de producción son sociales, se ha enpezado
a liquidar la explotación del hombre por el hombre,
el trabajo esta organizado colectivamente, la remuneración
se efectúa en consonancia con la cantidad y la calidad
del trabajo, el objetivo de la producción es satisfacer
las crecientes necesidades de la sociedad y de cada uno
de sus miembros. Las diferencias entre las dos formas de
propiedad socialista radican en el grado de madurez, en
el nivel en que se hallan socializados los medios de producción,
en el grado en que la producción está dotada
de maquinaria moderna, en la altura a que están organizados
el trabajo y su remuneración. La propiedad estatal
socialista es la de todo el pueblo en las manos del Estado
socialista. En este tipo de propiedad se hallan socializados
todos los medios de producción y los productos del
trabajo. Es la forma principal y más elevada de propiedad
socialista, pues expresa el grado más alto de socialización
y organización de la propiedad social, abarca todos
los medios fundamentales de producción de la sociedad.
El significado de la propiedad estatal estriba asimismo
en que sólo partiendo de ella y con la ayuda de ella
puede surgir y desarrollarse la propiedad cooperativo-koljosiana.
La propiedad cooperativo-koljosiana es la de diversas agrupaciones
de trabajadores en las que no están socializados
todos los medios de producción, sino los fundamentales
y decisivos que, junto con la producción pertenecen
a la colectividad dada (koljós). Tanto la propiedad
del Estado como la cooperativo-koljosiana se desarrollan
en estrechísima acción reciproca, formando
una unidad orgánica. Son de propiedad socialista
estatal las riquezas naturales, la tierra (toda o parcialmente),
el subsuelo, los bosques, las aguas, las empresas industriales,
las empresas agrícolas del Estado (sovjoses), distintas
clases de transporte, las empresas comunales y la red de
instituciones de carácter cultural y de servicios
sociales, el fondo básico de viviendas en las ciudades
y en los centros industriales, toda la producción
que se obtiene en las empresas del Estado. Son de propiedad
cooperativo-koljosiana la maquinaria agrícola, los
tractores, las segadoras-trilladoras, las centrales eléctricas
koljosianas, los talleres de reparaciones mecánicas,
los medios de transporte, de construcción y los depósitos,
las empresas para elaborar los productos agrícolas,
el ganado socializado de tiro y engorde, las dependencias
destinadas al ganado, semillas, laboratorios, estaciones
de experimentación, edificios sociales, toda la producción
que obtienen los koljoses y las cooperativas. En el proceso
de creación de la base material y técnica
del comunismo, de la educación de los trabajadores
en el espíritu comunista, prosigue el desarrollo
de las dos formas de propiedad socialista, que se funden
en una sola propiedad, que será base del comunismo.
RELACIONES DE PRODUCCIÓN:
Conjunto de relaciones económicas que se establecen
entre los hombres, independientemente de su conciencia y
de su voluntad, en el proceso de producción, cambio,
distribución y consumo de los bienes materiales.
Las relaciones de producción constituyen una parte
necesaria de cualquier modo de producción (ver).
La producción social sólo puede darse cuando
los hombres se unen para obrar en común, para establecer
un intercambio de actividades. La base de las relaciones
de producción se encuentra en las relaciones de propiedad
sobre los medios de producción. El carácter
de las relaciones de producción depende de quiénes
sean los dueños de los medios de producción,
de cómo se realice la unión de esos medios
con los productores. La historia conoce dos tipos fundamentales
de propiedad: la privada y la social. La propiedad privada
expresa relaciones de dominio y subordinación, pues
los dueños de los medios de producción tienen
la posibilidad de explotar a los hombres carentes de propiedad.
A lo largo de su desarrollo ascendente, las relaciones de
producción basadas en la explotación del trabajo
aparecen bajo las formas esclavista, feudal y capitalista.
La propiedad social elimina las relaciones de explotación,
da origen a la colaboración en los lazos de camaradería
y a la ayuda mutua entre los hombres. En el régimen
de la comunidad primitiva, existía en forma de propiedad
colectiva gentilicia y tribal. En la época actual,
las relaciones socialistas de producción se basan
en dos formas de propiedad: la estatal (de todo el pueblo)
y la cooperativa. Además de los tipos de relaciones
de producción indicados, existen relaciones de producción
transicionales, que combinan elementos de los diversos tipos
de relaciones económicas en el período del
tránsito de una formación económica-social
a otra. Las relaciones de producción se desarrollan
en conexión directa y en dependencia recíproca
con las fuerzas productivas de la sociedad y actúan
como forma de existencia y desarrollo de estas últimas.
Las relaciones entre unas y otras son determinadas por la
ley de la correspondencia entre las relaciones de producción
y el carácter de las fuerzas productivas (ver). En
el marco de una formación económico-social
concreta, las relaciones de producción se modifican
por influjo del crecimiento de las fuerzas productivas,
mas su esencia permanece invariable. Se debe ello a los
intereses de las clases dominantes que procuran consolidar
y conservar las relaciones de propiedad existentes. En una
determinada etapa del desarrollo de la sociedad, las relaciones
de producción sustentadas en la propiedad privada
se convierten en un freno para el avance sin obstáculos
de las fuerzas productivas; entre éstas y aquéllas
surge un conflicto, resuelto por medio de una revolución
social que derroca a la clase reaccionaria dominante e instaura
nuevas relaciones de producción. La supresión
de la propiedad capitalista y el establecimiento de la propiedad
social socialista eliminan las contradicciones antagónicas
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción,
se abre un horizonte ilimitado, el perfeccionamiento de
las relaciones de producción y de las relaciones
sociales constituye una tarea fundamental, se sienta la
base material y técnica del comunismo; la transformación
del trabajo en la primera necesidad vital del hombre acerca
las relaciones socialistas de producción al comunismo.
RENTA DIFERENCIAL I (bajo el capitalismo):
Excedente de la ganancia que supera la ganancia media obtenida
a consecuencia de la diferente productividad de los capitales
invertidos en tierras desiguales por su fertilidad natural
o por su situación respecto al mercado. La formación
de la renta diferencial I va unida, ante todo, a la diferencia
de fertilidad natural de las tierras. Su mente radica en
la plusvalía que crean los obreros agrícolas
y de la que se apropian los dueños de la tierra.
La diferencia entre el precio individual de producción
en las tierras relativamente mejores y el precio general
de producción es lo que constituye la renta diferencial
I de fertilidad. Las tierras se diferencian también
por su situación respecto a los mercados de venta
de los productos agrícolas. Los gastos de transporte
al mercado dependen de la distancia. En calidad de precio
social de producción aparece el precio individual
de producción por unidad de producto en las tierras
mas alejadas del mercado. En los terrenos relativamente
cercanos al mercado, surge la renta diferencial I de situación.
La renta diferencial I es el resultado del plustrabajo de
los obreros, trabajo que posee mayor productividad en las
tierras relativamente mejores. De la renta diferencial se
apropia el dueño de la tierra, pues el arrendamiento
se establece teniendo en cuenta la fertilidad natural y
la situación de las tierras dadas en arriendo.
SALARIO, EN EL CAPITALISMO:
Expresión monetaria del valor (del precio) de la
fuerza de trabajo vendida por el obrero asalariado al capitalista.
Es un exponente de las relaciones de explotación
a que los capitalistas someten a los obreros. Después
de trabajar cierto tiempo en una empresa, el obrero recibe
del capitalista una determinada suma de dinero en calidad
de salario. Aparentemente, al obrero se le paga todo el
trabajo y el salario es el precio de su trabajo. Sin embargo,
lo que se paga en forma de salario no es toda la jornada,
sino la parte equivalente al valor de la reposición
de la fuerza de trabajo; durante la otra parte, no pagada,
de la jornada de trabajo, el proletario crea la plusvalía,
de la que se apropia el capitalista. El valor de la fuerza
de trabajo es determinado por el de los medios de vida indispensables
para la subsistencia del obrero y de los miembros de su
familia, para la reproducción de la fuerza de trabajo.
En su afán de obtener beneficios, los capitalistas
procuran disminuir el salario por debajo del valor de la
fuerza de trabajo. Esta diferencia entre el valor y el precio
de la fuerza de trabajo constituye una fuente adicional
de ganancia capitalista. En la sociedad capitalista existen
dos formas principales de salario: por tiempo y a destajo.
El salario por tiempo se paga con arreglo al tiempo en que
funciona la fuerza de trabajo (hora, día, semana):
ofrece al capitalista amplias posibilidades para aumentar
el grado de explotación alargando la jornada laboral.
En los casos en que los capitalistas acceden a reducir esta
jornada disminuyen correspondientemente el salario y aumentan
la intensidad del trabajo de los obreros. Con el salario
a destajo (por piezas) el valor de la fuerza de trabajo
se paga en dependencia de la cantidad y de la calidad de
los artículos elaborados o de las operaciones de
producción ejecutadas. Esta forma de salario disimula
en mayor medida que el salario por tiempo la explotación
de los obreros. Aparentemente, el obrero vende al capitalista
los productos de su trabajo. En realidad, sin embargo, el
capitalista se apropia gratuitamente de parte del nuevo
valor, como plusvalía. En distintos períodos
alcanza mayor difusión una u otra forma salarial,
en dependencia de las ventajas que proporciona a los capitalistas.
En el capitalismo moderno, cuando se emplean en gran escala
novísimas máquinas y dispositivos automáticos,
cuando se borran las diferencias individuales en el trabajo
de los obreros, se aplica cada vez más el tipo de
salario por tiempo. Lo característico de las condiciones
actuales estriba en que se establecen algunos nuevos sistemas
de salarios (variantes de las formas del salario por tiempo
y a destajo), tendientes a aumentar más aun la explotación
de los obreros intensificando el trabajo. Lenin caracterizaba
estos sistemas de salario como sistemas ''científicos"
de exprimir sudor. Entre tales sistemas extenuantes de trabajo,
los más empleados son el Taylor (la norma de trabajo
se calcula partiendo de la máxima tensión
de fuerzas del obrero), el sistema Helsi (el coeficiente
de la remuneración se establece a tenor de lo que
se produce por encima de la norma), el sistema de la evaluación
analítica de los trabajos (se establece una cantidad
de tarifas de salarios mediante una compleja estimación,
por puntos, de los diversos tipos de trabajo), etc. Hay
que distinguir entre salario nominal y salario real. El
salario nominal es la suma de dinero que el obrero, por
su fuerza de trabajo, recibe del capitalista. El salario
real es el conjunto de medios de vida y de servicios que
efectivamente el obrero puede comprar con la remuneración
monetaria que percibe. En el capitalismo se observa la tendencia
a que el salario vaya a la zaga del valor de la fuerza de
trabajo y que disminuya el nivel del salario real. Los trabajadores
se oponen a que se rebajen los salarios, pero bajo el capitalismo
incluso sosteniendo una lucha económica activísima,
los obreros sólo pueden lograr, en algunos períodos
que los salarios se aproximen al valor, de la fuerza de
trabajo; no pueden librarse de la explotación capitalista.
Esto sólo puede alcanzarse como resultado de una
amplia lucha política de la clase obrera por liquidar
el régimen capitalista y sustituirlo por el socialista.
SALARIO, EN EL SOCIALISMO:
Forma de remuneración según el trabajo realizado
aplicada en el sector estatal de la economía socialista,
remuneración con que se repone en su valor la parte
fundamental de los gastos de trabajo necesario de quienes
laboran en la esfera de la producción material y
de quienes realizan una labor social útil en la esfera
no productiva. La necesidad objetiva de dicha categoría
en la economía socialista se halla condicionada por
la acción de la ley de la distribución con
arreglo al trabajo (ver) y por el hecho de que, bajo el
socialismo, se conservan la producción mercantil
y el dinero. A diferencia de lo que ocurre en el régimen
capitalista, el salario en el régimen socialista
no se presenta como forma transfigurada del valor y del
precio de la fuerza de trabajo, dado que ésta última,
bajo el socialismo, no es una mercancía. El salario,
bajo el socialismo, expresa relaciones de producción
socialistas y sirve como medida de trabajo y como medida
de consumo. Su magnitud se halla en dependencia de la cantidad
y la calidad del trabajo; caracteriza, por ende, la aportación
laboral de cada trabajador. El perfeccionamiento del salario
constituye uno de las medidas mas importantes para utilizar
plenamente el estímulo del interés material,
objetivamente inherente al socialismo (ver Estímulos
materiales y morales del trabajo). Como medida de consumo,
el salario sirve de fuente principal para satisfacer las
necesidades materiales y culturales de los obreros y los
empleados. El Estado socialista fija el nivel de los salarios
según un plan, teniendo en cuenta, en primer lugar,
las diferencias entre trabajo calificado y no calificado,
entre trabajo pesado y no pesado. Por otra parte, regulando
el nivel de los salarios se asegura una distribución
más racional de las reservas de mano de obra entre
las diversas ramas de la economía y las regiones
económicas del país. Se tienen en cuenta las
múltiples condiciones de la remuneración del
trabajo a través de un sistema de tarifas tomadas
como base para la organización del salario. En la
economía socialista existen dos formas principales
de salario: por obra realizada y por tiempo. El salario
por obra realizada -salario que depende de lo que el trabajador
elabora- puede ser directo, progresivo con pago de primas,
e indirecto por obra realizada. También existe el
salario individual por obra realizada y el colectivo. Las
formas colectivas de salario van ganando en importancia
sin cesar, pues contribuyen a elevar la productividad del
trabajo, a mejorar la calidad de la producción y
a formar en los trabajadores el espíritu del colectivismo,
la actitud comunista ante el trabajo. El salario por tiempo
-en este caso el salario depende de la duración del
tiempo de trabajo y de la calificación del trabajador-
se subdivide en salario simple por tiempo y salario por
tiempo con pago de premios. Dado que en la producción
se establecen cada día más métodos
de mecanización compleja del trabajo, de producción
continua y en cadena, se va ampliando la esfera en que se
aplican salarios por tiempo (sobre todo con pago de premios).
Cuando se planifican los salarios y se controla cómo
se han aplicado, es de enorme transcendencia para la economía
nacional hacer que el incremento de la productividad del
trabajo preceda a la elevación de los salarios, pues
esto permite que la producción social aumente y,
en última instancia, que se eleve el bienestar de
los trabajadores. También en el período de
la amplia edificación del comunismo sigue siendo
necesario perfeccionar los salarios. Se irá reduciendo
sin cesar la diferencia de niveles salariales entre las
categorías de trabajadores de baja remuneración
y las de remuneración elevada. Este hecho, junto
con la creciente satisfacción de las necesidades
de los trabajadores a cuenta de los fondos sociales de consumo
(ver), creará las premisas del paso a la distribución
según las necesidades.
SOCIALISMO:
Fase primera e inferior de la sociedad comunista. La base
económica del socialismo radica en la propiedad social
sobre los medios de producción en sus dos formas
-la estatal (de todo el pueblo) y la cooperativo-koljosiana,
en el sistema socialista de economía nacional sobre
la base de la gran producción maquinizada en todas
las ramas de la economía, en la supresión
de la explotación del hombre por el hombre. El socialismo
surge como resultado del cambio revolucionario del régimen
capitalista por el socialista. Se establece durante el período
de transición del capitalismo al socialismo (ver)
mediante las transformaciones socialistas en todas las esferas
de la economía y de la cultura. El fin del socialismo
es dar satisfacción a las crecientes necesidades
materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno
de sus miembros sobre la base de desarrollar de manera incesante
y planificada la economía nacional, de incrementar
ininterrumpidamente la productividad del trabajo social.
La economía socialista se apoya en la propiedad estatal
(de todo el pueblo), que pertenece al pueblo entero en la
persona del Estado, y en la propiedad cooperativo-koljosiana
que es una propiedad de grupos, colectiva. La forma más
madura, determinante y principal de la propiedad social
unida al nivel más alto de socialización de
su producción y a un elevado grado de organización
del trabajo es la propiedad del Estado. Bajo su influjo
y con su ayuda la agricultura se transforma en consonancia
con los principios socialistas (ver Plan cooperativo de
Lenin). La forma estatal de economía socialista,
comprende todas las empresas del Estado en la industria,
el transporte, las comunicaciones, la agricultura (sovjoses)
y el comercio. El sector cooperativo-koljosiano se compone
de los koljoses y de las cooperativas de consumo. En oposición
al modo capitalista de producción -bajo el cual los
procesos económicos transcurren de manera espontánea
en medio de la anarquía de la producción y
de una enconada lucha competitiva, con sus secuelas: saqueo
y despilfarro de la riqueza nacional, depauperación
de los trabajadores- el socialismo asegura un proceso planificado
e ininterrumpido de la reproducción ampliada, ritmos
rápidos de desarrollo de la economía nacional,
aumento del bienestar de las masas populares. El socialismo
es la fase primera e inferior de la sociedad comunista.
Esto significa que el estado de las fuerzas productivas
de la sociedad y el nivel de la productividad del trabajo
social no permiten aún satisfacer las necesidades
de las personas según el principio comunista de distribución.
Bajo el socialismo, se conservan la producción mercantil
y las relaciones monetario-mercantiles, se utilizan la ley
del valor, el cálculo económico, el dinero
y la circulación de mercancías. También
se conservan las diferencias esenciales entre la ciudad
y el campo, entre el trabajo intelectual y el trabajo físico
(ver). El socialismo no está libre de supervivencias
del capitalismo -de cuya entraña ha salido- en la
economía y en la conciencia de los hombres. En la
sociedad socialista, el trabajo, liberado de la explotación
del hombre por el hombre, no se ha convertido aún
en la primera necesidad vital de los hombres. A todo ello
se debe que, bajo el socialismo, sea necesario mantener
en vigor la ley económica de la distribución
de los bienes materiales con arreglo a la cantidad y a la
calidad del trabajo invertido por cada trabajador, establecer
el control social sobre la medida del trabajo y la medida
del consumo. Las distintas formas de interés material
(personal y colectivo) son de esencial importancia para
el crecimiento y perfeccionamiento ulteriores de la producción
socialista, para elevar la productividad del trabajo social,
para incrementar el bienestar de los trabajadores. El resurgimiento
del socialismo creará las premisas reales para que
superada la etapa socialista, las relaciones de producción
se transformen en el modo comunista de producción,
que hará realidad el principio: "De cada uno,
según su capacidad; a cada uno, según sus
necesidades".
TIEMPO DE TRABAJO SOCIALMENTE NECESARIO:
Tiempo que se necesita para elaborar una mercancía
en las condiciones de producción socialmente normales.
En la economía mercantil basada en la propiedad privada,
la magnitud del tiempo de trabajo socialmente necesario
para elaborar un producto se establece espontáneamente
en el curso de la competencia entre los productores de mercancías.
El tiempo de trabajo socialmente necesario determina la
magnitud del valor de la mercancía. Los capitalistas
en cuyas empresas el tiempo individual de trabajo es menor
que el socialmente necesario perciben, además de
la ganancia habitual, una plusvalía extraordinaria
(ver). Los fabricantes que producen una mercancía
sobre la base de un tiempo individual de trabajo mayor que
el socialmente necesario, sufren perdidas y se ven obligados
a mejorar la técnica de la producción, a elevar
la productividad del trabajo. En caso contrario, se arruinan.
Resulta, pues, que en el capitalismo, la contradicción
entre el tiempo individual de trabajo y el tiempo de trabajo
socialmente necesario presenta un carácter irreconciliable,
antagónico. En la economía socialista, la
magnitud del tiempo de trabajo socialmente necesario se
forma bajo la acción planificada del Estado. Debido
al crecimiento incesante de la productividad del trabajo
social, se crean condiciones para reducir sistemáticamente,
según un plan, el tiempo de trabajo socialmente necesario.
Bajo el socialismo las contradicciones entre el tiempo individual
de trabajo y el tiempo de trabajo socialmente necesario
se resuelven mediante la aplicación de la democracia
popular , la dictadura proletaria y la planificación.
TRABAJO COMUNISTA:
Trabajo de productores libres y conscientes, científicamente
organizado, provisto de los medios técnicos más
perfectos y que arroja la más elevada productividad;
es el trabajo como primera necesidad vital del hombre. "El
trabajo comunista - escribió Lenin-, en el sentido
más riguroso y estricto de la palabra, es el trabajo
gratuito en beneficio de la sociedad... es el trabajo voluntario,
el trabajo al margen de toda norma, el trabajo aportado
sin miras de remuneración... trabajo realizado por
el hábito de laborar para el bien común y
por una actitud consciente (convertida en hábito)
ante la necesidad de trabajar para el bien común;
es el trabajo como necesidad de un organismo sano".
Únicamente en el trabajo se revelan las aptitudes
y el talento de las personas, únicamente a través
de un trabajo en alto grado productivo, que haga más
fácil la vida y la actividad del hombre, avanza el
camino hacia la abundancia y el desarrollo integral del
individuo. Con el paso al comunismo, toda persona en condiciones
de trabajar participará conscientemente, sin pensar
en retribución alguna en el trabajo social y contribuirá
al crecimiento constante de los bienes materiales y espirituales
de la sociedad. Pasar al trabajo comunista presupone resolver
varias problemas esenciales, entre los que figuran: en primer
término, superar las diferencias económico-sociales
en el carácter del trabajo de los trabajadores de
la ciudad y del campo; en segundo término, asegurar
el progreso cultural y técnico en la esfera del trabajo;
en tercer término, modificar radicalmente la actitud
del hombre frente al trabajo, convertir el trabajo, poco
a poco, en la primera necesidad vital de los hombres. Todo
este proceso se cimienta en la creación planificada
de la base material y técnica del comunismo. Sirve
de fundamento material a la aproximación del trabajo
físico y el intelectual, el progreso científico-técnico,
que transforma el trabajo, lo llena de nuevo contenido.
Mecanizar y automatizar la producción a un alto nivel
exige de cada trabajador el conocimiento de las bases científicas
de la técnica, de la tecnología y de la organización
de la producción, saber aplicarlas para lograr, en
ésta, el rendimiento y la maestría que requiere
el paso al trabajo comunista. En una producción ampliamente
mecanizada y automatizada, el papel del hombre se reduce
a dirigir complejos mecanismos y aparatos, ajustarlos, elaborar
los programas y regímenes de los procesos tecnológicos,
perfeccionar la técnica y la organización
de la producción. Ello hace posible y necesario que
aparezca un nuevo tipo de trabajador en el que se armonicen
el trabajo físico y el intelectual con predominio
de las funciones de este último. Semejante trabajador,
con una sólida preparación técnica
como ingeniero o como agrónomo, será capaz
de dirigir maquinaria compleja, podrá contribuir
al perfeccionamiento de la misma, seguir especializándose
en el sector de la actividad productiva que haya elegido,
cultivar las ciencias, el arte y la literatura. En la Sociedad
comunista donde las facultades de cada individuo podrán
manifestarse con un máximo de utilidad para toda
la sociedad, el trabajo de los hombres no constituirá
sólo un medio de vida sino que se convertirá
además, en la manifestación natural de las
funciones de un organismo sano. Para el cumplimiento de
este proceso histórico, resultan de gran trascendencia
la elevación de la conciencia comunista, los estímulos
morales del trabajo, y la disciplina laboral. La actitud
nueva, comunista, frente al trabajo se engendra en la primera
fase del comunismo: en el socialismo, y encuentra su reflejo
en la emulación socialista de masas. Se cumple la
previsión científica de los clásicos
del marxismo-leninismo en el sentido de que a medida que
se transformen todas las facetas de la vida social "deberá
organizarse la producción de tal modo que, por un
lado, ningún individuo pueda desentenderse de su
parte en el trabajo productivo, que es condición
natural de la existencia humana, cargándola sobre
otros y en la que, por otra parte, el trabajo productivo
se convierta, de un medio de esclavización, en medio
de emancipación del hombre que proporciona a cada
individuo la posibilidad de desarrollar y ejercitar en todos
los sentidos todas sus facultades tanto físicas como
espirituales; y se transforme de una carga en un placer"
(F. Engels).
VALOR:
Trabajo social de los productores materializado en las mercancías.
El valor es una categoría económica inherente
a toda producción mercantil (ver Formas del valor).
Las mercancías poseen, por una parte, valor de uso
(ver) creado por el trabajo concreto (ver) y por otra parte,
valor. Si hacemos abstracción de las propiedades
concretas de las mercancías como valores de uso,
resulta que todas ellas son simples condensaciones de trabajo
humano en general, de trabajo abstracto (ver); es decir,
de gasto de energías cerebrales, nerviosas y musculares.
El trabajo abstracto es el que forma el valor de las mercancías.
Por medio de las cosas-mercancías el valor expresa
las relaciones de producción (ver) entre los hombres.
La magnitud del valor de la mercancía cambia en proporción
directa a la cantidad de trabajo socialmente necesario y
en proporción inversa a la productividad del trabajo.
En la economía mercantil rige la ley del valor (ver).
El valor consta de distintas partes en dependencia del modo
de producción dominante; cada una de esas partes
desempeña una función propia en la economía
y en las relaciones sociales de los hombres. Así,
bajo el capitalismo, el valor de la mercancía se
descompone en las tres partes siguientes: capital constante
(c), capital variable (v) y plusvalía (p), en las
cuales se refleja el carácter de las relaciones capitalistas
de producción relaciones con que el capital explota
al trabajo. En el proceso de producción del producto
social, se separa constantemente parte de dicho producto
como fondo de reposición de los medios de producción
consumidos y de los medios de subsistencia de los trabajadores,
fondo que constituye una condición obligatoria para
que se reanude cada ciclo de producción. Este proceso
objetivo es el que se encuentra en la base de la separación
de las dos primeras partes del valor (valor de los medios
de producción consumidos y valor del producto necesario)
en forma de costo de producción (ver). Parte del
valor del plusproducto, en el proceso del ciclo de los modios
se separa en forma de ingreso neto de la economía
socialista. En la economía socialista, el trabajo
abstracto no se opone como su contrario a los tipos concretos
de trabajo, sino que actúa como forma única
de su medida social.
VALOR DE USO:
Utilidad de una cosa, capacidad que posee de satisfacer
una necesidad cualquiera que sea, del hombre, de la sociedad.
El valor de uso está condicionado por las propiedades
físicas, químicas y otras propiedades naturales
de la cosa, y también por las que ésta haya
adquirido a consecuencia de la actividad humana dirigida
a un fin. El valor de uso lo crea el trabajo concreto (ver).
Son valores de uso tanto los productos del trabajo como
muchas otras cosas dadas por la naturaleza (aire, agua,
frutos silvestres, etc.). A medida que la ciencia y la técnica
progresan, el hombre descubre en el mundo que le rodea nuevas
propiedades de las cosas y las pone a su servicio, con lo
que aumenta la diversidad de los valores de uso. Algunas
cosas satisfacen, directamente las necesidades personales
del hombre, sirven de objetos de consumo personal (alimentos,
vestido, etc.); otras sirven como medios para producir bienes
materiales, es decir, son medios de producción (máquinas,
materias primas, combustibles, etc. El valor de uso es una
propiedad inherente a toda cosa útil, independientemente
de la forma social de producción. Toda la multiplicidad
de valores de uso constituyen "el contenido material
de la riqueza, cualquiera sea su forma social" (C.
Marx). Ahora bien, el papel del valor de uso cambia cuando
cambia el modo de producción. En la producción
mercantil, el valor de uso constituye uno de los dos motores
de la mercancía y actúa como portador del
valor de cambio, tras el cual se oculta el valor (ver).
La particularidad del valor de uso de una mercancía
estriba en que tal valor ha de poseer la propiedad de satisfacer
necesidades del que compra la mercancía dada es decir,
ha de actuar como valor social de uso. En el régimen
de producción capitalista, el valor de uso interesa
al capitalista únicamente en cuanto portador del
valor y de la plusvalía, pues el fin inmediato de
dicho tipo de producción no consiste en satisfacer
las necesidades de la sociedad y del hombre, sino en extraer
ganancias. Bajo el régimen socialista, la creación
del valor de uso de la mercancía en determinada cantidad,
surtido y calidad, tiene como objetivo directo el de satisfacer
en grado creciente las necesidades de los miembros de la
sociedad.
Extractado y Corregido del Diccionario de Economía
Política Borísov, Zhamin y Makárova
para uso académico.
http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/index.htm