El Proletariado
Culminará la Obra de Mao Tsetung (*)
Camaradas
Comité Central del Partido Comunista de China
Pekín, China
Cuando el Partido Comunista de China dio la infausta noticia
de que el camarada Mao Tsetung había muerto en la madrugada
del 9 de septiembre y ésta se conoció en segundos en el
orbe entero, los obreros, los pueblos y las fuerzas y personas
progresistas de los cinco continentes lloraron la pérdida
irreparable de su más querido y respetado dirigente internacionalista.
Hondo y doloroso impacto produce en todo el mundo el vacío
inconmensurable que deja el fallecimiento del camarada Mao
Tsetung. Diversas personalidades, jefes de gobierno, líderes
de movimientos y partidos se han apresurado a reconocer
en el máximo representante de los 800 millones de seres
del pueblo chino, a una de las figuras estelares de este
siglo y a uno de los conductores políticos que más profundamente
han incidido en grandes transformaciones históricas. La
maravillosa epopeya de su vida al servicio de la causa de
la clase obrera y la sabiduría de su pensamiento comprobada
en innumerables batallas triunfales como guía segura de
quienes luchan por la revolución y el progreso, colocan
a Mao Tsetung entre los benefactores esclarecidos de la
humanidad. Aplicó el marxismo-leninismo a las condiciones
concretas de lucha que le correspondió vivir, lo enriqueció
y llevó a una etapa más alta de su desarrollo. A partir
del proceso original, constante y acelerado de la revolución
china durante cincuenta años, su obra magistral y monumento
vivo a su talento creador, Mao Tsetung no sólo contribuyó
a cambiar la fisonomía del mundo, sino que sistematizó genialmente
las leyes universales del cambio social válidas para todos
los países. Leal discípulo de Marx, Engels, Lenin y Stalin,
Mao Tsetung pasa junto a ellos, concluido el cielo de su
existencia, a completar la gloriosa galería de los inmortales
maestros del proletariado. Como heredero legítimo de las
excelsas virtudes milenarias del pueblo chino, cuya historia
sin par está llena de múltiples acciones heroicas, de aguerridos
combatientes en defensa de la justicia y la verdad, de notables
científicos, pensadores y artistas, Mao Tsetung fue depositario
de sus mejores tradiciones revolucionarias y encarnación
de sus más nobles y hermosos ideales. Por eso Mao se constituyó
en el centro aglutinante y orientador de la nación más populosa
de la Tierra, construyó el glorioso y correcto Partido Comunista
de China, factor dirigente de la revolución china, organizó
prácticamente de la nada un invencible ejército popular,
derrotó a todos los enemigos internos y externos del país
y fundó la República Popular China, hoy la patria socialista
de una cuarta parte de la humanidad. En un tiempo relativamente
corto China se convirtió de una vasta región ocupada, dividida
y económicamente atrasada, en un país independiente, unido,
grande y próspero, avanzada de la revolución mundial y ejemplo
inspirador de todos los revolucionarios del planeta. Y por
eso miles de millones de personas al mirar consternadas
hacia la tumba recién abierta, se explican este portentoso
fenómeno de la época con la exclamación de que ¡sólo un
pueblo como el pueblo chino, podía producir un dirigente
como el dirigente Mao!
Pero el camarada Mao Tsetung no se desveló únicamente por
el pueblo chino. El porvenir de los países que han instaurado
el socialismo, la emancipación de los proletarios de las
naciones burguesas y la liberación de las inmensas masas
de las colonias y neocolonias sometidas a la sojuzgación
imperialista, fueron objeto permanente de sus preocupaciones.
Proclamó que China jamás procurará el hegemonismo y, por
el contrario, será siempre la segura retaguardia de los
países que combaten por su independencia y soberanía. Apoyó
fervorosamente todas las lides del proletariado y los pueblos
por la democracia, la revolución y el socialismo y por el
logro de un mundo sin naciones oprimidas ni opresoras, sin
esclavos ni esclavistas, sin hambres y sin guerras. Sin
embargo, el camarada Mao señaló con agudeza inigualable
que la cristalización de este sueño antiquísimo del hombre
será aún antecedido necesariamente de un largo período de
enconados y violentos conflictos de clases, en el cual jugarán
un papel de primerisima magnitud las luchas de liberación
de las naciones contra el imperialismo, del movimiento obrero
contra la burguesía y el revisionismo y de los proletarios
de los países socialistas contra los restauradores burgueses.
Continuador de la doctrina victoriosa de Marx y Lenin, a
Mao Tsetung cúpole la distinción histórica de resolver el
problema de la consolidación del socialismo y de la prolongación
de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Basándose
en nuevas, experiencias y en especial en el ejemplo negativo
de la traición al marxismo-leninismo por parte de los dirigentes
de la Unión Soviética, que trocaron el primer Estado proletario
en un Estado burgués socialimperialista, el camarada Mao
Tsetung desarrolló la teoría de que en toda la etapa histórica
del socialismo, cuyo lapso de duración no es de unos decenios
sino de cien a centenares de años, es absolutamente indispensable
mantener la dictadura del proletariado y llevar hasta el
final la revolución socialista, para impedir la restauración
del capitalismo y preparar las condiciones del paso al comunismo.
En el curso de la revolución socialista de China Mao Tsetung
descubrió la forma de hacerlo: la revolución cultural proletaria
que es, terminada en lo fundamental la transformación de
la propiedad de los medios de producción, la revolución
llevada a cabo por los obreros en el terreno político e
ideológico para desalojar de todos los dominios del Poder
a los burgueses infiltrados y a los seguidores de la vía
capitalista.
Así como Lenin desplegó una descomunal batalla contra los
renegados de la II Internacional para garantizar el avance
luminoso de la clase obrera y el triunfo de la gloriosa
Revolución de Octubre, Mao Tsetung adelantó una lucha aún
mucho más aguda y compleja contra los revisionistas contemporáneos,
acaudillados por los dirigentes del Partido Comunista de
la Unión Soviética, para desbrozar el camino de la victoria
definitiva del socialismo en el mundo entero. Y así como
Engels recordaba en el entierro del padre del socialismo
científico, que Marx apartaba como si fueran telas de araña
todas las calumnias y difamaciones que contra él lanzaban
la burguesía y los reaccionarios de su tiempo, nosotros
podemos decir que también como telas de araña el proletariado
y los pueblos del mundo apartarán las calumnias y difamaciones
que contra Mao Tsetung, el más grande marxista-leninista
de la época, profieren la camarilla revisionista soviética
y sus epígonos.
Los revisionistas y demás recalcitrantes adversarios de
Mao Tsetung jamás consiguieron refutarlo ni vencerlo y con
su muerte estarán calculando que las cosas mejorarán para
ellos. Efímera ilusión porque de Mao Tsetung se podrá asegurar
con infinita certeza lo que se ha sostenido de los grandes
innovadores revolucionarios, que su desaparición física
no hará más que agigantar su influencia. El proletariado
internacional, armado de su pensamiento, será quien se encargue
de culminar su colosal empresa. Pocos como Mao Tsetung gozaron
del privilegio de ver en vida realizadas y ratificadas por
la práctica tantas de sus propias acertadas predicciones.
Mao Tsetung elaboró toda la línea estratégica y táctica
de la revolución china. En su momento, muchos fueron los
que dudaron en el interior y en el extranjero que el pueblo
chino alcanzara a coronar las prodigiosas metas que conforme
a un análisis certero de la situación iba progresivamente
proyectando el camarada Mao. No obstante, el pueblo chino
cumplió cuanto se propuso: derrotó al feudalismo, al capitalismo
burocrático y al imperialismo; sostuvo tenazmente y llevó
hasta el triunfo total una prolongada guerra de liberación
contra el Japón y contra los intervencionistas norteamericanos
y contribuyó decisivamente a la bancarrota fascista en la
Segunda Guerra Mundial; conquistó el socialismo y desbarató
una a una las tentativas burguesas y revisionistas de restauración,
y apoyó y apoya eficazmente las luchas revolucionarias de
los pueblos del mundo. Todas éstas son realizaciones imperecederas
del pensamiento de Mao Tsetung. Igualmente el camarada Mao
resumió y enriqueció la línea del movimiento comunista internacional.
Los triunfos de las naciones por su soberanía, del proletariado
por la extensión y consolidación del socialismo y de China
por continuar la causa de su gran timonel serán asimismo
confirmación plena de nuevas y grandiosas victorias de esta
línea y del pensamiento de Mao Tsetung.
El pueblo colombiano y nuestro Partido están en deuda con
el pueblo chino y con el camarada Mao Tsetung por la solidaridad
constante a sus luchas y por el inmenso respaldo que representan
para la revolución colombiana los tremendos aportes de la
revolución china. La mejor manera de pagar esa deuda y a
la vez apoyar al pueblo chino y al Partido Comunista de
China será impulsando la revolución en nuestro país, basándonos
fundamentalmente en nuestros propios esfuerzos y en los
esfuerzos de las masas, como nos lo enseñó el camarada Mao.
Nuestro Partido ha logrado desarrollarse gracias al estudio
de las tesis revolucionarias marxista-leninistas del camarada
Mao Tsetung y a las condiciones internacionales favorables
creadas por la lucha del Partido Comunista de China contra
el revisionismo contemporáneo. A diferencia del Partido
Comunista de China, nuestro Partido apenas ha comenzado
su jornada y para alcanzar grandes victorias debe combatir
el revisionismo y profundizar en el estudio del marxismo-leninismo-pensamiento
de Mao Tsetung y aplicarlo correctamente a la práctica concreta
de la revolución en nuestro país, como nos lo enseñó el
camarada Mao.
Con la conducción de Mao Tsetung China llegó a ser una nación
independiente, próspera y grande, donde impera radiante
el socialismo. Colombia es una neocolonia de los Estados
Unidos y nuestro Partido lucha en las condiciones de opresión
de la dictadura burgués-terrateniente proimperialista. El
pueblo colombiano debe también quebrar la dominación extranjera,
preservar la completa soberanía frente al imperialismo y
el socialimperialismo y marchar al socialismo. Para ello
es necesario que nos atrevamos a luchar, desafiando todos
los peligros y dificultades, con la intrepidez propia de
los materialistas consecuentes, como nos lo enseñó el camarada
Mao.
Las extraordinarias hazañas de la revolución china fueron
en definitiva fruto de la acción de las grandes masas del
pueblo chino. Mao Tsetung reiteradamente insistió en la
verdad cardinal del marxismo de que las masas son las que
hacen la historia. El pueblo de Colombia libró y libra denodados
combates por la revolución, sin haber logrado todavía superar
la dispersión y la división. Nuestro Partido tiene como
tarea principal la de unir y organizar al pueblo colombiano
y guiarlo en pro de su misión histórica. Por lo tanto debemos
vincularnos estrechamente a las masas, interpretar en todo
momento sus intereses y necesidades, orientar y apoyar sus
luchas y servir de todo corazón al pueblo, como nos lo enseñó
el camarada Mao.
El que la revolución prosiga depende de los nuevos cuadros.
Para evitar que China cambie de color Mao Tsetung forjó
decenas de millones de continuadores de la obra revolucionaria
del proletariado, encargados de llevar adelante la causa
que dejó sin ultimar. Nuestro Partido en el proceso de su
construcción debe asimismo ir creando centenares y miles
y millones de cuadros revolucionarios proletarios, hombres
y mujeres que trabajen con arrojo y con modestia, que luchen
por la unidad y no por la escisión, que practiquen valerosamente
la crítica y la autocrítica y que actúen en forma franca
y honrada y no urdan intrigas y maquinaciones, como nos
lo enseñó el camarada Mao.
El MOIR expresa al pueblo chino y al Partido Comunista
de China su más sentida condolencia y testimonia la indecible
tristeza que embarga al pueblo colombiano y a todos y cada
uno de los militantes de nuestro Partido por esta prueba
tan dura de la muerte del camarada Mao Tsetung. Nuestro
Partido une su dolor al dolor del Partido Comunista de China.
Nuestro Partido une su lucha a la lucha del Partido Comunista
de China por derribar definitivamente a la burguesía y demás
clases explotadoras, llevar hasta el final el socialismo
y materializar el comunismo.
¡Gloria eterna al gran
líder y maestro, camarada Mao Tsetung!
¡Viva el invencible marxismo-leninismo
pensamiento de Mao Tsetung!
Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario
Comité Ejecutivo Central
Francisco Mosquera
Secretario General
Bogotá, septiembre 10 de 1.976.
*
Mensaje de condolencia del MOIR al Partido Comunista de
China, escrito por Francisco Mosquera y publicado en Tribuna
Roja Nº 23, en septiembre de 1976.