18. - SANTIAGO EN LOS TEXTOS LITERARIOS

Santiago y la catedral en el Mapamundi del Beato de Osma

En una historia tan popular como la de Santiago y su Camino hay zonas eruditas, que aún teniendo muchas sombras, son poco conocidas por las gentes que dedican atención y devoción a los temas jacobeos. Uno de los más importantes es la relación de Santiago con la literatura, es decir, con lo escrito sobre él a través de los siglos. Dedicaremos nosotros hoy nuestro espacio a desbrozar algo de este camino, intentando hacerlo lo más claro posible, pero sin renunciar a la importancia erudita del mismo, y sin agotarlo.

 La primera presencia de Santiago en la literatura está recogida, naturalmente, en los Evangelios. Allí está perfectamente encuadrado en los distintos pasajes : en la vocación del lago Tiberíades, en el reconocimiento como hijo del Zebedeo, cuando su madre Mª Salomé pide un trono específico a derecha e izquierda de Cristo para sus dos hijos Santiago y Juan, cuando reciben el sobrenombre de Boanerges, presente en la resurrección de la hija de Jairo, así como en la Transfiguración del Monte Tabor, realizando un aparte especial en el Monte de los Olivos. No citamos más pasajes para no realizar una crónica evangélica, pero si recordar que a lo largo de toda la historia del evangelio, junto con Pedro y Juan, es Santiago uno de los apóstoles preferidos de Jesús. Pero el hecho definitivo, es la decapitación por Herodes Agripa (41-44). En los Hechos de los Apóstoles es referido de la siguiente forma "… por aquel entonces el rey Herodes, con la peor intención echó mano a algunos miembros de la iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan …". Será así el primer apóstol mártir, y el comienzo de toda la tradición jacobea.

 Los evangelios apócrifos (es decir, los no reconocidos por la iglesia, los no canónicos ), lo hacen discípulo del Bautista, hijo de un rico armador de Galilea, presente en el tránsito de María.

 Semejante a Jesús había que suponerle a Santiago una Pasión antes de su muerte. Es así como es recogida en el Códice Calixtino, con dos versiones. La primera de ellas, la Passio Modica (reducida), son aportaciones de autores griegos, entre otros Eusebio de Cesarea y Clemente de Alejandría. La segunda, la Passio Magna (ampliada), se elabora en el mundo latino hacia la segunda mitad del siglo V, en la zona sur de Europa, en base a las obras anteriores y circulando por España en el siglo VII.

 La Predicación de Santiago en España es ampliamente abordada en la literatura anterior al descubrimiento de su tumba. Nace en la órbita de las Sortes Apostolicae (Reparto Apostólico), de origen en el mundo griego hacia el siglo VI, donde de lo general se pasa a lo concreto, adjudicando a cada apóstol un área de predicación concreta en el mundo. Santiago predicaría en Palestina y zonas limítrofes a las 12 tribus de Israel. Los textos griegos hablan de su enterramiento en Judea o Cesarea, en una ciudad de Marmarica. El Breviarium Apostolorum, de finales del siglo VI y principios del VII, da una lista de vidas y predicaciones de los apóstoles. Es ahí por primera vez cuando se refiere que Santiago "… predicó en Hispania y lugares ocidentales …", como se puede ver es versión enfrentada al texto griego anterior. En el texto de San Isidoro (640) De Ortu et Obitu Patrum se dice también que "… predicó en Hispania …", naturalmente que el santo hispalense conoce el Breviarium Apostolorum. En el Poema de Aris, del abad Adhelmo de Malmesbury (escocés,709) se insiste en la predicación española "… convirtió con sus enseñanzas a las gentes hispanas …", texto de fuente probable isidoriana. En los Comentarios al Apocalipsis, atribuido a Beato de Liébana (776) se insiste en la predicación española. En el himno litúrgico escrito en honor de Santiago O Dei Verbum, también atribuido a Beato, se refiere a Santiago como "… dorada cabeza refulgente de Hispania, sé nuestro protector y natural patrono …".

 Poco después de estas últimas letras escritas habría de suceder el descubrimiento de la tumba del Apóstol por el obispo de Iria Flavia, Teodomiro en la década del 820 al 830, y no la viciada fecha del 813 ya aludida en anterior escrito. Como se puede comprobar ya existía una tradición literaria (controvertida) sobre la relación de Santiago con Hispania, preparada y lista para que cualquier acontecimiento sobrenatural pudiera interpretarse como la tumba del santo, pero esa es otra cuestión que no abordaremos. La relación de textos citados no agota la posibilidad literaria en torno al tema de Santiago e Hispania. Nosotros nos hemos referido a los fundamentales antes del hallazgo de su tumba, dejando quizás para otro momento los propios del descubrimiento de su sarcófago y la literatura posterior que generó tal hecho, pero por hoy damos descanso a nuestros lectores en la erudición del tema.

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