Enmanuel Mongalo y Rubio nació en Rivas el 21 de Junio de 1834. Sin conocimientos militares, a los 21 años, enfrentó a la muerte ante doscientos invasores al mando de William Walter, Félix Ramírez (leonés) y la soldadesca nicaragüense, incendiando el mesón (nombre que se le daban a los hospedajes) de Máximo Espinoza, simpatizante de los filibusteros norteamericanos.

La tea encendida fue lanzada al techo y minutos después los ocupantes comenzaron a sentir en sus cabezas los tizones de cañas encendidos y tejas calientes.

Salieron en desbandada por el patio trasero, (actualmente allí está un mercado) y se internaron en un bosque huyendo hacia San Juan del Sur. Escaparon 47, siete huyeron heridos, otros cinco heridos no pudieron correr y fueron masacrados por los legitimistas.

Los restos del héroe nacional, desde 1972, descansan en el parque de su mismo nombre contiguo al Cuerpo de Bomberos de Rivas.

Mongalo y Rubio murió en Granada a los 37 años, trabajando como maestro, de una enfermedad de los pulmones. Las campanas de la iglesia San Francisco y San Pedro sonaron triunfalistas.

El saldo de los nacionales fue de 25 muertos, 28 heridos, encontraron también a 14 norteamericanos muertos y 12 leoneses aliados, ningún prisionero, porque no hubo persecución, la tropa estaba exhausta del fiero combate, la soberbia de William Walker se manifestó al decir que no necesita ayuda para derrotar al enemigo.

Veinticuatro horas después llega al anochecer a San Juan del Sur, cruzando platanales, cacaotales, potreros, fangales, y ocupó el puerto sin resistencia, ya que toda había salido para reforzar Rivas.

El General José Trinidad Muñoz le ordenó al Coronel Félix Ramírez apoyarlo en Rivas, en lo que consideraba una “aventura arriesgada y desatinada”; llegaron en el bergantín El Vesta a las costas de Gigante la noche del 27, desde allí iniciaron la marcha a pie en horas de la media noche, la falange al frente, Ramírez en la retaguardia y los cargueros con las municiones tapadas por cuero al centro.

La provisión alimenticia era para dos días. Walker pensaba cubrir 25 kilómetros de senderos muy silenciosos en medio de la selva, pero su cálculo le falló, la guerra sorpresiva la tenía prevista para el día 28 de junio en horas de la noche.

El vice cónsul inglés en León, Thomas Manning, envió un correo al General Ponciano Corral en Managua que Walker iba sobre Rivas, el correo (un alemán) cruzó León con un salvoconducto de Muñoz, ambos funcionarios consideraban funesta la presencia del americano.

El General Corral envío al Coronel Bosque en una goleta de Granada con 65 hombres, que desembarcan en San Jorge y esperan al invasor desde el día 27.

La guerra de Rivas cumplió el pasado fin de semana 153 años.