Esta rana chilena, descubierta por Charles Darwin en su famoso viaje a América del Sur, tiene una extraña forma de reproducirse. La hembra pone tan sólo de 20 a 40 huevos, que son custodiados por varios machos. Cuando los renacuajos empiezan a moverse en el interior de los huevos, cada uno de los machos traga unos pocos y los deposita en sus sacos vocales, que le llegan hasta las patas. Allí, los renacuajos eclosionan y crecen hasta que salen, convertidos en adultos, a través de la boca del padre adoptivo.