¿Cuál es el verdadero nombre de la capital de Cuba?

Gabriel Dávalos
gdavalos@granma.cip.cu

Ciudad (con mayúscula) de La Habana, así se llama la provincia donde se encuentra ubicada la capital de Cuba. En este caso, "Ciudad" es un sustantivo propio que forma parte del nombre. Ciudad de La Habana es como se denomina la provincia, como sucede con Camagüey, Pinar del Río¼ o como alguien puede llamarse, por ejemplo, Ibis Rodríguez.

Sin embargo, ciudad (con minúscula) de La Habana se refiere específicamente a la capital. Aquí "ciudad" es un sustantivo común que aclara la condición citadina de La Habana, semejante a ciudad de Río de Janeiro, o como decir: la historiadora Ibis Rodríguez.

La Habana es como oficialmente se denomina la capital de la República de Cuba.

Así lo establece la Constitución de la República de Cuba, en su Artículo 2, Capítulo 1, y lo publican la Gaceta Oficial de la República de Cuba y el Diccionario de Nombres Geográficos, este último editado por la Comisión Nacional de Nombres Geográficos (CNNG).

La Habana es tres veces capital, suele decir Eusebio Leal, historiador de la Ciudad. Lo es de Cuba; a la vez, de la provincia de Ciudad de La Habana y de la provincia de La Habana, esta última de igual nombre al de la capital del país.

La provincia de Ciudad de La Habana ocupa el mismo espacio geográfico que La Habana, ciudad capital, aunque a los efectos político-administrativos tienen implicaciones diferentes, aclara la Doctora Margarita Quintero, representante del Ministerio de Educación en la CNNG.

Habana, la Habana, La habana, Ciudad de La Habana y Ciudad Habana son formas incorrectas de referirse a la capital. La confusión popular ya tiene abuelos.

Es muy frecuente también leer documentos o cartas incorrectamente fechadas en la capital del país: Ciudad de La Habana, 10 de enero de 2007. Ahora usted ya sabe: La Habana, 10 de enero de 2007.

El Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros acordó que todas las instituciones están obligadas a utilizar las denominaciones normalizadas por la CNNG. Pero la asimilación debe comenzar desde la educación primaria y generalizarse. El nombre de la capital es parte del patrimonio cultural e identidad de la nación.

Si rectificamos el gazapo, no habrá más confusión.

 

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