El llamado "Cabrito" debuta con Monterrey en 1994 y desde entonces se ha ido consolidado como uno de los jugadores más importantes e idolatrados del futbol mexicano. Es un volante totalmente ofensivo, que se proyecta comúnmente por la banda derecha. Su habilidad y velocidad le permiten jugar como extremo o como carrilero. Después de haber sido escogido como el símbolo del equipo y portando el número 400 en el dorsal como festejo del aniversario de la Ciudad, sale de Rayados en el Verano 1998 para ir a las Chivas, que es donde consolida su futbol y su comunión con la afición. En la Selección Nacional ha sido uno de los jugadores emblemáticos, teniendo su clímax en el Mundial de Francia 1998 cuando su nivel de juego era impresionante. Regresa al Monterrey en el Verano 2000 siendo el máximo estandarte del equipo. Consigue el título en el Clausura 2003 con los regios y permanece ahí como un símbolo inamovible del equipo rayado. Pese a muchos problemas en su rodilla izquierda, el "Cabrito" consigue ser llamado al Mundial de Alemania 2006.