LA ARGENTINA BIPOLAR

                      

                        Desde hace ciento cincuenta años, en la que sabia y liberal constitución Alberdiana proyectó unirnos como Nación; integrar las culturas de nuestros antepasados con los criollos habitantes de nuestro suelo e insertar a una región periférica al resto del mundo civilizado, nunca el pueblo soberano se ha encontrado tan indiferente frente a una elección presidencial.

 

                      Mientras que en los países de donde desciende nuestra cultura confluyen ideas fuerza de racionalidad y criterios progresistas con proyectos comunes y propenden a redactar una constitución continental como la europea, aquí, sus hijos y nietos, estamos absorbidos a subculturas lascerantes.  Me refiero a la inacción constante del gobierno del Senador-Presidente Duhalde frente a los arrebatos a nuestra libertad a los que nos vemos sometidos por nuevos grupos de presión llamados “piqueteros” que conviven con este gobierno que al “dejar hacer” coarta derechos fundamentales.

 

                      Sólo dos candidatos presidenciales, Ricardo Hipólito López Murphy y Carlos Saúl Menem han manifestado claramente sus decisiones a tomar al respecto: hacer cumplir la ley; permitir la libre circulación de los habitantes del suelo argentino, apelar a la justicia cada vez que resulte necesario.  Para un potencial inversor extranjero seria el “abc” de la convivencia civilizada, pero para nuestros mandatarios y su “candidato de probeta” poner límites a los excesos sería autoritario.

 

                      Sin dudas que existen dos Argentinas: la que reclama un lugar en el mundo; renuncia a la demagogia y apela a la razón; planifica un crecimiento sustentable, con equidad distributiva y sin dádivas prebendarias; compromete a su clase dirigente con proyectos de futuro frente a decadencias del pasado y aguarda –ansiosamente- que los hijos de nuestros profesionales no encuentren fronteras afuera el porvenir por el que soñaron sus padres en su crianza, en esta noble Nación……..siempre en vías de desarrollo.

 

                      La otra,  encuentra en la prebenda negociadora, falaz y demagógica, en los planes no trabajar ni aprender ni progresar la continuidad de la agonía en que nuestra sociedad se encuentra inmersa: esos son los verdaderos conservadores; conservar la miseria, la falta de educación y la manipulación como instrumento de poder.  Educar al soberano les resultaría peligroso….el pueblo podría saber de qué se trata.

 

                      A sólo dos meses de ejercer el soberano ejercicio del sufragio la opción es clara: recrear un país con una nueva escala de valores o continuar con políticas que, tarde o temprano, nos llevarán al infierno del enfrentamiento social.

 

 

                                                           HUMBERTO BONANATA

                                               Presidente “Fundación Julián Sancerni Giménez